NOTICIA Estudio Europeo de Valores

Los ciudadanos europeos confían en la ciencia y la tecnología, a la vez que apoyan la conservación de la naturaleza

La Fundación BBVA ha presentado el tercer módulo de su Estudio Europeo de Valores. El trabajo considera valores y actitudes de la sociedad de cinco estados europeos (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España). Tras un primer módulo referido al ámbito público (política, economía, medios, confianza en instituciones), y un segundo módulo dedicado a la esfera privada (religión, ética, prácticas objeto de controversia moral), se presenta ahora un tercero que se refiere a valores y actitudes hacia la ciencia, la tecnología y la naturaleza.

17 enero, 2020

Presentación

Estudio Europeo de Valores 2019 Ciencia y Naturaleza

Presentación

Estudio Europeo de Valores 2019 Esfera Privada

Presentación

Estudio Europeo de Valores 2019 Esfera Pública

Presentación

Estudio Europeo de Valores 2013

El objeto del estudio de valores es captar un amplio conjunto de creencias, valores y preferencias, que contribuyen a orientar la conducta individual en numerosas facetas de los ámbitos público y privado, así como las relaciones entre ambos dominios. Los valores y los intangibles de ambas esferas interactúan y constituyen un conjunto que funciona como una especie de “GPS creencial y actitudinal” que orienta la toma de decisiones a propósito de cuestiones y contextos complejos acerca de los cuales los individuos cuentan con información escasa: ayudan a identificar de manera rápida “lo bueno” (qué es valioso) y “lo correcto” (qué clase de comportamientos son obligatorios, cuales son permisibles y cuales son merecedores de sanción negativa). El mapa de “intangibles” culturales –los valores y las predisposiciones– es bastante estable en sus contornos principales, viéndose afectado o modificado en la población adulta como consecuencia de eventos de perfil excepcional (crisis) o de nuevas informaciones de singular relevancia y visibilidad.

El análisis comparado de estos valores y actitudes, medidos vía encuesta en un mismo intervalo temporal, identifica las percepciones y preferencias compartidas, así como las diferencias entre esas cinco sociedades, así como en el seno de cada una de ellas, atendiendo a factores sociodemográficos y culturales, destacadamente la edad, el género, el nivel de estudios, la autoubicación ideológica y la religiosidad.

Interés especial por la salud y el medio ambiente

En los cinco países analizados, los temas relacionados con la salud y el medio ambiente son los que más interesan a los ciudadanos, seguidos de los tecnológicos y científicos. Los españoles se sitúan por encima de la media de los otros cuatro países en el grado de interés que expresan hacia todos estos temas: 8,1 en el caso de salud (donde 0 significa que no les interesa nada y 10 que les interesa muchísimo), y 7,5 en medio ambiente, mientras que en el resto de países el grado de interés en estos temas es de 7,2 y 7,1, respectivamente.

Mientras que el interés de los españoles por los temas de salud y medioambientales es trasversal a todos los segmentos, el interés por los temas científicos y tecnológicos es mayor entre los jóvenes, entre quienes tienen un nivel de estudios más alto, quienes se declaran de izquierdas y los que tienen un nivel de religiosidad baja. Los hombres expresan también un mayor nivel de interés relativo hacia los temas tecnológicos que las mujeres.

Importancia de las nuevas tecnologías

El teléfono móvil es el medio de comunicación más importante para el conjunto de los ciudadanos de los cinco países (medias superiores a los 7 puntos en una escala de importancia de 0 a 10), seguido de la televisión e Internet. Disminuye, aunque sigue siendo alta, la importancia que le otorgan a la radio, la prensa y el ordenador personal.

El 80% o más de los ciudadanos de los cinco países analizados son usuarios de Internet. Los países con mayor penetración de la red son Reino Unido y Francia.  Sin embargo, la intensidad de uso (“estoy conectado casi todo el día”) es mayor en España  (26%), seguida de Reino Unido e Italia (con un 24% en ambos casos).

El teléfono móvil es el medio principal de acceso a la red, de forma especialmente marcada en España (80%) e Italia (77%). Le sigue el ordenador portátil, sobresaliendo en Alemania y Francia,  y el ordenador fijo, también en Francia. Por detrás de ellos se sitúa la Tablet o iPad, destacando en Reino Unido.

Internet es claramente un espacio para la búsqueda de información: tanto en España como – de media – en los otros cuatro países, el 94% de los usuarios utiliza los buscadores en la red.  Por debajo de esa función de “buscador universal”, Internet es un espacio para el seguimiento de la actualidad: casi la mitad lee periódicos on line, con una mayor incidencia entre los internautas de Francia (55%) y España (54%), y menor entre los de Alemania (38%).

Internet es también un espacio de comunicación interpersonal a través del correo electrónico y la participación en redes sociales. El uso del correo electrónico es amplísimo en todas las sociedades (81% en España y 89% de media en el resto de los países).

El uso de las redes sociales también está muy extendido, destacando Italia (74%), España (73%) y Reino Unido (73%), y con una incidencia algo menor Alemania (68%) y Francia (65%).  La participación en redes sociales es algo mayor entre las mujeres que entre los hombres y se incrementa en relación inversa a la edad, reflejando una brecha muy significativa entre los más jóvenes y los mayores de 45 años. También es mayor entre quienes tienen un nivel medio y alto de estudios.

La mayoría de los usuarios de Internet también utiliza la red como espacio de entretenimiento, descargando, escuchando o viendo música o vídeos, actividad que sobresale en España (65%) y Francia (60%). La mayoría también ha utilizado internet para actividades instrumentales en el último mes: realizar gestiones bancarias (59% en España y 61% de media en el resto de los países), y compras (49% en España y 65% de media en el resto de los países).

Valoración positiva de la ciencia y la tecnología, con algunas reservas

En todos los países existe un amplio consenso sobre el papel de la ciencia en la mejora de la salud (media de 8,0 en España y de 7,7 en el resto de países, en una escala en la que 0 indica estar “completamente en desacuerdo” y 10 “completamente de acuerdo”)  y en la reducción de las supersticiones y temores del pasado (6,8 en España y 6,4 en el resto de los países). También es amplio el consenso en torno a que se trata de la manera más fiable de entender el mundo (6,6 en España y 6,4 en el resto de los países).

Sin embargo, suscita mayor división la idea de que “la ciencia puede dar respuesta a todos los grandes problemas”, visión que apoyan los españoles (5,7), italianos (5,3) y alemanes (5,3), y en torno a la cual están en desacuerdo los franceses (4,1) y británicos (4,1).

Si bien el consenso en torno a que la ciencia ha reducido las supersticiones y temores del pasado es trasversal, se incrementa aún más a medida que aumenta el nivel educativo. En España también es mayor entre los más jóvenes, quienes se posicionan en la izquierda y los que expresan un bajo nivel de religiosidad.

Al mismo tiempo, prevalece el acuerdo respecto al impacto negativo que puede tener la ciencia y la tecnología en el aumento del desempleo y también del peligro de guerra. Aunque hay mayor división en las percepciones, también supera el umbral de acuerdo la idea de que, debido a los avances científicos, “el mundo actual está lleno de riesgos para las personas” (menos en Reino Unido) y que “todo es más complejo e incomprensible” (menos en Italia).

Estas reservas no suponen que los ciudadanos consideren que “estaríamos mejor si viviéramos la vida sin tanta ciencia y tecnología”, visión que rechaza la mayoría en todos los países salvo en Italia. Los ciudadanos tampoco creen que la ciencia destruya las creencias religiosas y los valores morales de la gente (de nuevo, con la excepción de Italia).

Si del examen de algunas facetas específicas de la ciencia, se pasa a una visión agregada medida a través de dos escalas sumadas, una  relativa a las valoraciones positivas (“promesas”) y la otra, a las percepciones negativas (“reservas”), se observa que, en todos los países, las puntuaciones en la escala de promesas está claramente por encima de las puntuaciones de las reservas.

Expectativas generalmente favorables hacia las tecnologías

En todos los países, los ciudadanos tienen expectativas favorables hacia las diferentes tecnologías y aplicaciones, destacando especialmente las expresadas hacia la energía solar (un 89% de los españoles y un 86% en el resto de los países creen que mejorará nuestra vida) y las nuevas tecnologías (ordenadores, Internet, telefonía móvil). La única excepción es la energía nuclear, en torno a la cual la mayoría relativa cree que empeorará nuestra vida.

Los españoles se diferencian del promedio de los otros cuatro países por expectativas más favorables hacia todas las aplicaciones, especialmente hacia la ingeniería genética, la exploración del espacio y la inteligencia artificial.

La educación es la variable que más discrimina las expectativas hacia la ciencia y la tecnología: las mismas disminuyen significativamente en la población con menor nivel de estudios. También son relativamente más bajas entre las mujeres, los mayores de 65 y más años, y entre los de mayor nivel de religiosidad.

En el caso específico del desarrollo de máquinas y sistemas basados en la inteligencia artificial, las expectativas son muy diferentes entre países y en el seno de cada uno. La mayoría relativa de los españoles (49%)  y británicos (46%)  creen que dicho desarrollo mejorará la sociedad, mientras que la mayoría de los franceses (52%), y la mayoría relativa de alemanes (45%)  e italianos (44%) creen que la empeorará. En todos los países hay un segmento significativo que no puede pronunciarse al respecto (21% en España y 18% de media en el resto de los países).

Al construir una escala sumada con el número de tecnologías o aplicaciones que los ciudadanos creen que harán que mejore nuestra vida, aparecen diferencias significativas entre sociedades. España se sitúa como el país con expectativas más altas de los cinco (media de 7,2 aplicaciones, de las 11 consideradas). Le sigue Reino Unido (6,7), mientras que Francia se coloca en el extremo con un menor nivel de expectativas (5,8).

Confianza en médicos y científicos

Los médicos y científicos son los grupos profesionales que generan mayor confianza (medias de 7,9 para los primeros y 7,3 para los segundos en España, y de 7,5 y 7,0 en el resto de los países, en una escala en la que 0 significa que “no confía en absoluto en ellos” y 10 que “confía absolutamente en ellos). Le siguen los ingenieros (6,9 en España y 6,8 en el resto de los países) y los ecologistas (6,1 en España y 6,2 en el resto de los países). Los españoles se sitúan en torno al promedio de los otros cuatro países y son quienes expresan un mayor nivel de confianza hacia los médicos.

Una de las facetas principales de la confianza en grupos profesionales es la actuación ética. Existe un amplio consenso en todos los países al considerar a los médicos, seguidos de los científicos e ingenieros, como grupos profesionales que actúan de un modo ético.

La otra faceta de la confianza en grupos profesionales es la percepción de su competencia o capacidad para desarrollar su función. De nuevo, se produce un consenso mayoritario en todos los países al considerar a los médicos, científicos e ingenieros como grupos profesionales competentes y capaces.

Ciencia y religión

Los ciudadanos están divididos respecto a la naturaleza de la coexistencia hoy de la ciencia y la religión. Los alemanes son quienes más creen que ambos dominios conviven sin problema (media de 5,2 en una escala de 0 a 10, donde 0 significa completamente en desacuerdo y 10 completamente de acuerdo), mientras que los franceses son quienes están más en desacuerdo (4,3). En España, Reino Unido e Italia la percepción de coexistencia sin problemas roza el umbral de acuerdo (4,9).

Existe un amplio consenso en todos los países en torno a que la religión no debe poner límites a los avances científicos. Esta posición está especialmente extendida en España (82%), Francia (79%) y Reino Unido (78%) y, aunque mayoritaria, resulta más moderada en Italia (65%) y Alemania (60%).

Límites éticos a los avances científicos

A diferencia de lo que ocurre con la religión, cuando se pregunta a los ciudadanos si creen que la ética debe poner límites a los avances científicos, en todos los países –salvo España– la mayoría considera que sí debe hacerlo, destacando en esta posición los alemanes (68%) seguidos de los franceses (57%). En el caso de los españoles, tan solo el 36% cree que la ética debe poner límites a la ciencia.

Esa valoración general se ve matizada cuando se consideran aplicaciones científicas específicas que afectan de manera central algunas facetas de la dimensión moral. En esos supuestos, en todos los países – incluyendo España – se observan actitudes de cautela o rechazo.

Clonación y modificación genética de seres vivos

Un caso claro es la clonación de animales, hacia la que existe un rechazo muy intenso y generalizado en todo los países (medias de tres o menos puntos en una escala de aceptabilidad de 0 a 10). En términos relativos, los españoles y británicos presentan las medias más altas (mayor aceptabilidad) y los franceses y alemanes, las más bajas. La clonación de seres humanos obtiene un rechazo aún más intenso (medias inferiores a los dos puntos), prácticamente universal y rotundo.

En cuanto a la modificación genética de animales para diferentes fines, España es el único país en el que esta técnica se sitúa en el umbral de aceptación (media de 5) para el caso de la producción de medicamentos, mientras que es rechazada para la producción de alimentos. En el resto de países, se trata de una técnica rechazada para cualquier fin, siendo particularmente más acentuada la desaprobación en Francia y Alemania.

En el caso de la modificación genética de plantas, los fines de esta práctica condicionan o influyen en la aceptación: cuando el objetivo es la producción de medicamentos se activa en mayor medida la aceptación que cuando se trata de usar esta técnica para  producir alimentos. Tanto en España como en Reino Unido predomina la aceptación para ambos fines, mientras que en Italia y Francia se aprueba para el primero, pero no para el segundo. En Alemania, por último, en ningún caso se supera el umbral de aceptación.

Investigación con embriones y edición genética

La investigación con embriones humanos de unos pocos días con fines médicos se considera moralmente inaceptable en Alemania, Francia e Italia. El porcentaje que se sitúa en las posiciones de máximo rechazo (0 a 2) es muy amplio en Alemania (57%), y también alcanza la mayoría relativa en los otros dos países (45% en Francia y 42% en Italia). En España y Reino Unido, en cambio, las opiniones están más divididas entre quienes están a favor y en contra, con porcentajes más equivalentes de extremo rechazo (0 a 2) – 33% en España y 30% en Reino Unido) –  y extrema aceptación (8 a 10) – 29% en España y 26% en Reino Unido –.

En los cinco países, existe división en las percepciones sobre la condición moral del embrión. Una parte de la población – el 36% en España y el 30%, de media, en el resto de los países –  percibe el embrión como un conjunto de células sin condición moral; un segundo grupo – 21% en España y 24% en el resto – considera que tiene una condición a medio camino entre la de un conjunto de células y la de un ser humano; otro segmento – un 15% en España y un 17% en el resto – cree que tiene una condición moral más próxima a la de un ser humano que a la de un conjunto de células; y finalmente – un 21% en España, 23% en el resto – considera que tiene la misma condición moral que un ser humano.

Estas diversas visiones morales claramente influyen sobre las actitudes hacia la investigación con embriones. Si bien predomina el rechazo en la mayoría de los segmentos, el mismo se acentúa entre quienes tienen una visión del embrión como dotado de una condición moral más próxima a la de un ser humano y, más aún, entre los que creen que tiene la misma condición moral. Entre los que creen que es un conjunto de células, se aprueba su uso en España, Reino Unido e Italia. Y entre quienes consideran que su condición moral está a medio camino entre un ser humano y un conjunto de células, sólo supera el umbral de aceptación en Reino Unido.

Los fines también condicionan la aceptación de la edición genética de embriones: mientras que resulta ampliamente aceptada, salvo en Alemania, para evitar la trasmisión de enfermedades hereditarias (destacando la aceptación en España y Reino Unido), es ampliamente rechazada en todos los países en su uso hipotético para aumentar las capacidades mentales y, más aún, para modificar las características físicas.

Percepción de la naturaleza y los seres vivos

Existe un consenso muy amplio entre países y en el seno de cada uno respecto a una percepción de la naturaleza como inspiradora de tranquilidad, como algo bello y en un delicado equilibrio vulnerable a la actividad humana (medias superiores a 7 puntos en todos los países en una escala de acuerdo de 0 a 10). El consenso es amplísimo en torno a la valoración de la biodiversidad como parte fundamental de la riqueza del país y a la dependencia que tenemos con otras especies (medias de 8,5 en España y 8,2 en el resto de los países).

En todos los países predomina la percepción de que se debe proteger la naturaleza debido al respeto y consideración que merecen todas las formas de vida (especialmente en Alemania y Francia). No obstante, un porcentaje significativo en todos los países cree que la protección de la naturaleza debe hacerse por motivos utilitarios, es decir, por los beneficios prácticos que presta a los seres humanos, posición que es mayor en España y menor en Alemania.

Los ciudadanos coinciden en torno a que la ciencia revela aspectos fascinantes de la naturaleza (medias de 7,6 en España y 7,7 en el resto de los países). Sin embargo, están más divididos en el seno de cada país respecto a si la ciencia y la tecnología podrán resolver los problemas medioambientales actuales: predomina el acuerdo con esta idea en todos los países (menos en Francia),  acentuándose en España.

Las expectativas predominantemente favorables hacia el papel de la ciencia en los problemas medioambientales, convive con la percepción de que la misma ha alterado el equilibrio de la naturaleza.  Asimismo, hay un amplio consenso en torno a que los científicos no deberían cambiar el funcionamiento de la misma (medias de 7,0 puntos en España y en el resto de los países).  La amplia mayoría en todos los países está de acuerdo respecto a que todos los seres vivos tienen el mismo derecho a la vida y, específicamente, respecto a la necesidad de reconocer el derecho a la vida de los animales de manera similar a como se hace con los humanos. Mientras que en España (media de 6,2) predomina la aceptación del uso de animales en investigaciones científicas para mejorar la salud de los seres humanos, prevalece el rechazo en Italia (4,6), Alemania (4,4) y, más aún, en Francia (4,1), y están más divididos en Reino Unido (5,0).

Preocupación ante el cambio climático

Respecto a la problemática del cambio climático, no hay fisuras en considerarlo como un problema muy grave (medias de 8 y más en casi todos los países).  El 80% en España  y más del 60% en el resto de países califica de muy grave este fenómeno con las máximas puntuaciones (8,9 y 10).

La percepción sobre el posible curso futuro del fenómeno del cambio climático es pesimista en todos los países analizados, muy especialmente en Francia y Alemania, donde se percibe ya como irreversible y donde la opción predominante es la que sólo será posible paliar algunos de sus efectos. En España una mayoría relativa cree que todavía resulta posible revertir el cambio climático.

Conclusiones

En los cinco países analizados, conviven un alto interés por las cuestiones científicas y actitudes predominantemente favorables hacia la ciencia y la tecnología, junto a una percepción medioambientalista (o no-materialista) de la naturaleza como un medio bello cuyo equilibrio puede resultar fácilmente alterado por la acción del ser humano. Aunque se perciben los beneficios que aportan la ciencia y la tecnología respecto al medio ambiente, tanto en términos de conocimiento como de resolución de algunos de sus problemas, se rechaza la alteración del orden natural con las herramientas científicas y tecnológicas.

El mapa de las percepciones de la ciencia y sus aplicaciones concretas es diferenciado. Tiene valencia positiva en el caso de algunas técnicas que si bien intervienen en procesos naturales, no los alteran directamente y están orientadas claramente por fines médicos, pero exhiben una valencia negativa aquellas prácticas que modifican o alteran genéticamente a los seres vivos, siendo mayor el rechazo en el caso de seres humanos y animales que en el de las plantas.

En términos generales, los españoles seguidos de los británicos, tienden a ser los más favorables hacia la ciencia y la tecnología. Coinciden con sus pares respecto a que la religión no debe poner límites a los avances científicos, pero, a diferencia de los ciudadanos del resto de países, los españoles creen que la ética tampoco debería ponerlos. Son los más favorables hacia las diferentes aplicaciones y prácticas objeto de controversia moral: junto a los británicos, son los únicos que aceptan la modificación genética de plantas tanto para la producción de medicamentos como de alimentos.

Los españoles expresan también un mayor nivel de aceptación del uso de embriones humanos en la investigación y la edición genética de los mismos para evitar la trasmisión de enfermedades. Además, se apartan del resto de ciudadanos europeos por una mayor aceptación del uso de animales en investigaciones científicas.

Ficha técnica:

  • Ámbito geográfico del estudio: Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido.
  • Universo: en cada país, población general de 18 años y más.
  • Método: encuesta administrada cara a cara en el hogar.
  • Tamaño y distribución de la muestra: 1.500 casos en cada uno de los 5 países. Distribución muestral polietápica estratificada por la intersección de región (clasificación NUTS o equivalente)/tamaño de hábitat, con sorteo de unidades primarias a nivel de municipio. Selección aleatoria del individuo.
  • Error de muestreo: El error muestral estimado con un nivel de confianza del 95.5% y en el caso más desfavorable (p=q=0,5) es de +/- 2.6% para cada país.
  • Fecha de realización: de abril a julio de 2019
  • Ponderación: Para los resultados del conjunto de países europeos incluidos se han ponderado los datos de cada país, según el peso poblacional de cada uno de ellos en el universo de los países europeos incluidos.
  • Trabajo de campo: coordinado y ejecutado por la red de IPSOS.
  • Diseño y análisis del estudio a cargo del Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA.