Fundación BBVA

El libro de las enfermedades alérgicas

Editores: Dr. José Manuel Zubeldia, Dra. M.ª Luisa Baeza, Dr. Tomás Chivato, Dr. Ignacio Jáuregui y Dr. Carlos J. Senent

Fundación SEAIC
Buscar

El libro de las enfermedades alérgicas

Editores: Dr. José Manuel Zubeldia, Dra. M.ª Luisa Baeza, Dr. Tomás Chivato, Dr. Ignacio Jáuregui y Dr. Carlos J. Senent

Sección IX / Capítulo 40

La alergia y la escuela

Resumen

Resumen
  • Las enfermedades alérgicas son cada vez más frecuentes en los niños en edad escolar, y han supuesto un cambio para los colegios, que deben adaptarse a sus necesidades para poder ofrecer una escolarización segura e integradora.
  • La alergia alimentaria es un factor relevante para una escolarización segura y requiere una planificación por parte del centro para evitar riesgos y organizar a todo el personal implicado. La familia, el médico y los docentes deben colaborar con objeto de lograr una estrategia conjunta eficaz.
  • Con respecto al asma bronquial, los centros educativos deberían informar y formar a los profesionales del centro educativo, reducir el riesgo de exposición a los desencadenantes y disponer de los recursos necesarios para manejar las crisis de asma de forma adecuada, en caso de que se produzcan.
  • Con una buena colaboración entre la familia y el centro, los alumnos con alergia o asma pueden realizar con normalidad la mayor parte de las actividades escolares.

Preguntas y respuestas

Preguntas y respuestas

¿Qué importancia tienen las enfermedades alérgicas en la escuela?

El incremento de las enfermedades alérgicas en las últimas décadas las ha situado como un destacado problema de salud de forma global, especialmente relevante en la población infantil. Estas enfermedades afectan notablemente la calidad de vida y generan un impacto negativo en el bienestar social y económico, así como en las actividades cotidianas. La prevalencia de las enfermedades alérgicas respiratorias a nivel mundial se sitúa en un 30-40 % de la población, y la alergia alimentaria ronda el 2 % en la población adulta. En niños, sin embargo, se calculan cifras cercanas al 5 % siendo aún mayor el riesgo en aquellos que tienen antecedentes personales o familiares de otras enfermedades alérgicas.

Una de las actividades prioritarias de los niños para su adecuado desarrollo es su formación e integración en el entorno escolar. Para cumplir este objetivo, debe tenerse en cuenta que los escolares se encuentran en una edad riesgo para presentar enfermedades alérgicas y, por tanto, se deben implementar en su entorno las medidas que aseguren una escolarización sin riesgos. Los responsables de los centros escolares deben conocer todos estos aspectos referentes a la seguridad, y deben ser considerados y protocolizados para que las enfermedades alérgicas no supongan un impedimento en la actividad diaria del centro.

¿Cuál es el contexto psicológico y social de la alergia en la escuela?

La población infantil y adolescente de España que está en edad escolar permanece bajo supervisión del centro educativo durante gran parte de la jornada diaria, incluyendo no solo la jornada matutina, sino también gran parte de la jornada de tarde. Esto ha incrementado de forma significativa el número de horas durante las cuales el alumnado se encuentra fuera de la supervisión de sus padres, siendo el personal del centro escolar el que debe asumir tal responsabilidad.

Además, el número de actividades que rodean al centro escolar también han ido aumentando lo cual hace más complejo el contexto: aulas temáticas que requieren cambios durante el día del alumnado, gimnasios, excursiones, intercambios escolares, encuentros deportivos interescolares, etc. El objetivo formativo e integrador de este desarrollo de la docencia es importante, pero hace aún más compleja la integración del escolar con condiciones particulares por alguna enfermedad como es el alumno alérgico.

Conocer el tipo de alergia (ambiental, alimentaria, etc.) y las manifestaciones que puede presentar, las medidas preventivas recomendadas, así como el tratamiento que debe usarse como medida de rescate en caso de urgencia, son vitales para una escolarización integradora del alumnado alérgico.

¿Cuál es el marco legal sobre el tratamiento de emergencia en la escuela?

Desde el punto de vista legal, tanto la Declaración de Derechos del Niño (1959), como la Constitución Española (1978), como la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor (1996), establecen que el estado debe asegurar la educación y la protección de la salud en la infancia. En la Ley de Educación (LOE, 2006) se contempla la equidad y la no discriminación del alumnado, así como la flexibilidad para adecuarse a las necesidades de los escolares.

Según la orden del Ministerio de Educación y Ciencia (1992): “dada la importancia de incorporar todo lo relativo a dietas especiales y custodia de alimentos, se ha consensuado un Documento de Recomendaciones sobre la Alimentación en los Centros Educativos, que ha sido aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, de aplicación en aquellos centros educativos en los que se impartan enseñanzas de régimen general o de régimen especial, en los que se suministre cualquier tipo de alimentación al alumnado”.

En la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición (2011) se contempla que: “los centros escolares con alumnado con alergias o intolerancias alimentarias, diagnosticadas por especialistas mediante el correspondiente certificado médico, deben elaborar dentro de sus posibilidades menús especiales, adaptados a esas alergias o intolerancias”.

En su conjunto, este marco legal asegura la integración del niño alérgico en el medio escolar independientemente de sus condiciones particulares, y establece la necesidad de proporcionar los medios para que esto suceda evitando conflictos entre las partes implicadas.

Un tema importante es protocolizar el tratamiento en caso de reacción grave. Para ello es fundamental disponer del documento con el consentimiento expreso firmado por los padres. Debe considerarse que, si bien la administración de tratamiento por parte del personal no sanitario puede ser controvertido, la autorización por los tutores y el médico que emite el informe, y la existencia de una responsabilidad civil por parte del centro sobre la seguridad del menor mientras esté en él establecen una base legal que apoya este protocolo, y su no cumplimiento implicaría que estarían bajo riesgo de caer en omisión de socorro.

La necesidad de coordinar todas las partes implicadas para la correcta escolarización de este tipo de alumnado obligó a la elaboración de un documento conjunto entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, que culminó en el “Consenso sobre recomendaciones para una escolarización segura del alumnado alérgico a alimentos y/o látex”, que ofrece una guía útil sobre recomendaciones que se deben tener en cuenta por todas las partes a la hora de planificar la estrategia en estos alumnos.

¿Cómo podemos identificar una reacción alérgica alimentaria en el entorno escolar?

Los síntomas pueden expresarse de diversas formas y no difieren de los producidos por otros tipos de alergias. Suelen aparecer en pocos minutos, generalmente en la primera hora tras el contacto con el alimento:

  • Los más frecuentes (80 %) son los que afectan a piel y mucosas: picor oral, enrojecimiento conjuntival, habones o ronchas aislados, o urticaria generalizada, acompañada en ocasiones de hinchazón localizada (angioedema) generalmente de labios o párpados.
  • Síntomas digestivos: dolor en forma de cólicos abdominales, vómitos, diarrea.
  • Síntomas respiratorios: tos, asfixia, sibilancias.
  • Síntomas cardiovasculares: mareos, taquicardia, hipotensión, pérdida de consciencia, que pueden llevar al estado de shock o parada cardíaca.
  • Anafilaxia: la aparición de síntomas sistémicos (respiratorios, digestivos o cardiovasculares) indican mayor gravedad y, por tanto, de un desenlace potencialmente mortal.

El conocimiento de estas posibles manifestaciones de la alergia alimentaria por parte del personal de centros escolares (docentes como personal de supervisión/vigilancia) es importante porque deben ser capaces de detectar de forma precoz su aparición y poner en marcha lo antes posible el “Plan de Actuación”. La rapidez con que puede evolucionar este tipo de reacciones desde su inicio hasta alcanzar una situación de riesgo vital puede ser de pocos minutos. Los signos de alarma ante un paciente con sospecha de reacción alérgica grave son:

  • Evolución rápida, en pocos minutos
  • Dificultad respiratoria intensa con cianosis (coloración azulada en piel y mucosas)
  • Afectación de laringe: pérdida de voz, ronquera, dificultad para tragar, tos perruna
  • Vómitos intensos y repetitivos
  • Somnolencia repentina o pérdida de consciencia.

¿Qué alimentos son los responsables más frecuentes de la alergia en la infancia?

La alergia alimentaria puede estar originada por muchos tipos de alimentos, y su frecuencia varía en función de los hábitos alimentarios de la zona geográfica y de la edad. En España el entorno geográfico de cada zona (costa o interior, norte o sur) determinan diferencias tanto en la dieta como en su hábitat (temperatura, humedad, vegetación, etc.) que condicionan el ambiente y la frecuencia de exposición y/o consumo de unos u otros factores.

Si consideramos que en España prevalece la dieta mediterránea, las causas más frecuentes de alergia alimentaria en los adultos y adolescentes son las frutas y los frutos secos en unas zonas, o los mariscos o pescados en otras. En los niños, existen circunstancias particulares que hacen que, en los primeros años de vida, cuando se encuentra escolarizado, sean muy frecuentes reacciones alérgicas a alimentos de uso cotidiano como son la leche de vaca y el huevo.

Por estos motivos, es fundamental que, a la hora de escolarizar un alumno alérgico, se entregue a los responsables del centro un informe médico que especifique claramente cuáles son los alimentos que se deben evitar. El centro debe custodiarlo y registrar internamente esta información, personalizando para cada escolar alérgico las pautas de evitación, dieta y medidas preventivas que se deberán tomar a lo largo de toda la jornada escolar.

¿Por qué es importante identificar al alumno que es alérgico al látex?

El contacto con el látex o productos derivados no se limita exclusivamente al ámbito sanitario. Dentro de un centro escolar existen situaciones en las que es posible el uso de objetos que contengan látex: juguetes (globos, pelotas), boquillas de botellas o biberones, gomas de textiles, bandas o telas elásticas, accesorios de disfraces, los mangos de las raquetas, algunas pinturas o accesorios de plástico.

Además, en estos escolares debe considerarse el riesgo de contacto indirecto que puede existir por el uso de guantes de este material por parte del personal de cocina durante la manipulación, elaboración o distribución de la comida. Existen alternativas como son los guantes de vinilo o nitrilo que cumplen la misma función higiénica sin riesgo para el paciente alérgico, así como el uso de accesorios de cocina libres de látex para evitar la contaminación cruzada.

Si en el colegio existiera enfermería propia o si se realizara algún tipo de campaña sanitaria (revisión médica o vacunación), el personal sanitario debe estar informado previamente para que use el material adecuado con este tipo de pacientes y evitar el látex (guantes, bandas de compresión, material exploratorio, etc.). Si el paciente es también asmático, la inhalación de partículas emitidas en el ambiente por el uso de este tipo de material en su entorno puede ser, por sí solo, suficiente para desencadenar una reacción alérgica, lo cual aumenta aún más el riesgo.

¿Dónde y cuándo existe riesgo de presentar una reacción alérgica por alimentos y/o látex en la escuela?

Las actividades dentro del centro escolar en las que puede existir riesgo de exposición al alimento o al látex y que pueden ocasionar una reacción alérgica son muy variadas. Además del comedor escolar (el más previsible), existen también otras múltiples situaciones, como: el desayuno en la clase o las meriendas en los recreos, las comidas durante los desplazamientos al centro en autobús o en excursiones, los talleres de cocina en clase, o la celebración de cumpleaños o de fiestas tradicionales (navidad, carnaval, etc.). En todas ellas, es frecuente la manipulación de alimentos, la cual se produce de forma esporádica y, por tanto, de forma menos controlada. Sin embargo, son momentos casi siempre previsibles y cuyo desarrollo puede planificarse teniendo en cuenta la situación de peligro que puede suponer para este tipo de alumnado alérgico a alimentos/látex.

Las medidas necesarias a tomar pueden ser variadas, como: medidas de separación física para dietas especiales (mesas o salas separadas), identificación de la zona donde se reparten las dietas especiales de forma separada que aseguren la correcta distribución, y evitar el posible intercambio con otros compañeros de comida o utensilios ya usados. En cada caso, deberá valorarse si es posible que se manipulen alimentos en clase de forma segura, por el riesgo de que queden restos en el aula que posteriormente puedan suponer un contacto accidental.

Una adecuada información sobre los alimentos que se deben evitar y la correcta identificación del alumnado en riesgo, por parte de todas las partes implicadas, facilita que tales actividades puedan desarrollarse con la participación integradora de este tipo de alumnado. Si el escolar aún no es por su edad autosuficiente, se recomienda que en determinadas excursiones o viajes escolares esté acompañado por un familiar o docente voluntario que realice la supervisión de cerca y lleve la medicación de emergencia durante todo el evento.

El comedor escolar es el lugar más frecuente donde existe riesgo de presentar una reacción alérgica a alimentos.

El comedor escolar es el lugar más frecuente donde existe riesgo de presentar una reacción alérgica a alimentos. (Créditos, F. 174)

¿Cómo se puede planificar la escolarización segura del paciente alérgico a alimentos?

Para que la vida escolar del paciente alérgico pueda transcurrir de una forma normal e integradora, se deben planificar todos los aspectos que pueden ser susceptibles de riesgo. Es fundamental, para ello, que colaboren todas las partes:

  • La familia: responsable de informar por escrito al centro educativo de la existencia de la alergia alimentaria, debe entregar un informe médico que, de forma clara, explique el tipo de alergia que presenta el escolar, y si precisa algún tipo de tratamiento de urgencia. Además, debe aportar una autorización por escrito para la administración de esta medicación al personal docente encargado y debe depositar dicha medicación en el centro.
  • El personal sanitario: deberá entregar toda la información necesaria al paciente para su centro escolar, así como colaborar en lo posible en la formación sanitaria del entorno del paciente sobre el tipo de alergia y medidas preventivas a seguir. También debe facilitar las recetas para la medicación de emergencia que haya que depositar en el centro escolar.
  • El equipo docente: los centros educativos deben incorporar en su Reglamento Interno todas las actuaciones y el protocolo a seguir en caso de que se produzca alguna reacción alérgica durante el horario escolar, así como favorecer la formación adecuada del personal del centro. Sería deseable que al menos una parte del personal tuviera la formación específica para conocer cómo actuar en caso de reacción alérgica durante el horario escolar.

¿Cómo manejar la reacción alérgica en el horario escolar? Plan de Actuación

El documento de “Consenso para la escolarización segura” propone que cada Comunidad Autónoma dé los pasos necesarios para que sus centros escolares establezcan las vías de coordinación entre familia, profesionales sanitarios y docentes, a través del desarrollo de un “Plan de Actuación” adaptado a sus condiciones particulares, y que deberá ser aprobado por el Consejo escolar de cada centro. Este Plan intenta ser una ayuda para establecer los pasos a seguir en el caso de detectarse una situación de emergencia, y su fin es facilitar el procedimiento a personal no sanitario, para que se pueda poner en marcha la ayuda al escolar y alertar al personal sanitario de Urgencias si fuera necesario. Su objetivo será:

  • Lograr la correcta identificación del alumnado alérgico a alimentos y/o látex.
  • Prevenir la exposición a cualquier cantidad o forma de presentación del alimento o látex.
  • Establecer pautas claras de actuación en caso de reacción adversa por contacto accidental.

En la fase previa a la escolarización del alumnado alérgico se recomienda:

  • Entrevistar a la familia para la entrega del informe médico.
  • Asegurar las vías de comunicación directa por si fuera necesario.
  • Depositar la medicación que es precisa en caso de situación de emergencia.
  • Recomendar a los padres que deben mantener actualizada la información sobre la situación de la enfermedad alérgica del escolar durante todo el curso, notificando cualquier cambio tanto en el tipo de alergia como en el tratamiento.
  • Establecer la responsabilidad de reponer la medicación en caso de que caducara durante el curso escolar.

Dentro de las acciones que se deben desarrollar en cada Comunidad Autónoma están:

  • Fomentar en la comunidad educativa una formación básica de la alergia alimentaria o látex, identificar las situaciones de riesgo, prevenirlas e indicar cómo se debe actuar en caso de que se produjera alguna reacción alérgica accidental.
  • Promover la formación en primeros auxilios de al menos una parte del personal del centro (si no existiera personal sanitario propio)

Como en muchas Comunidades Autónomas aún no se ha establecido este Plan de Actuación, algunas sociedades médico-científicas implicadas en Alergia y Pediatría, junto con las Asociaciones de Pacientes, han desarrollado un modelo que contiene:

  • Los datos del paciente y de contacto de familiares.
  • El tipo de alergia alimentaria que presenta.
  • El tipo de reacciones que puede presentar y el tratamiento que se debe administrar en cada caso.
  • La necesidad de llamar de inmediato al servicio de emergencias (112 o equivalente).
  • La obligación de NO dejar solo al escolar.
  • La autorización expresa del médico responsable y de los padres/tutores para la administración de dicha medicación si fuera necesario.

El tratamiento no difiere al de cualquier otra reacción alérgica y el médico debe especificar, en cada caso, el que precisa el escolar, según la gravedad de la reacción. La necesidad de aplicar un tratamiento de emergencia en casos graves (anafilaxia) en tan corto espacio de tiempo y generalmente por el propio paciente, su familia o cuidadores, ha favorecido el desarrollo de dispositivos de autoinyección con adrenalina que permiten que personal no sanitario sea capaz de utilizarlo con seguridad. El mecanismo de autodisparo por contacto, la dosis fija única preestablecida, la resistencia a temperatura ambiente y su fácil manejo han permitido que su uso se extienda rápidamente como pieza clave en el plan de autocuidados de los pacientes con riesgo de anafilaxia.

¿Tienen los niños con asma bronquial limitaciones en sus actividades escolares?

El asma bronquial es uno de los motivos más frecuentes de absentismo escolar, de visitas a urgencias y de hospitalizaciones, en los alumnos. Al ser una de las enfermedades crónicas más prevalentes en la infancia, es obligado tomar ciertas medidas preventivas en la escolarización del niño con asma. Muchas de las consecuencias negativas derivadas del mal control del asma serían evitables si los alumnos utilizaran de la forma adecuada los tratamientos actualmente disponibles. De hecho, la mayor parte de los niños con asma bien controlada pueden realizar vida normal en la escuela.

La escuela tiene la responsabilidad general de cuidar al niño, incluyendo su salud. El personal docente y no docente del centro ha de responsabilizarse de los cuidados especiales que precisan ciertos alumnos con enfermedades crónicas, como los niños diagnosticados de asma. También los padres deben colaborar al máximo con el centro educativo y mantener una buena comunicación con este. En los centros educativos se han de contemplar medidas preventivas para reducir la repercusión del asma en las actividades escolares, y sería de gran ayuda implementar sus plantillas con profesionales de la salud, como enfermeras escolares, del mismo modo que se ha hecho en otros países.

En los últimos años se han desarrollado iniciativas en nuestro entorno que han elaborado materiales educativos muy útiles para el ámbito escolar, con el objetivo de mejorar la información de profesores y alumnos con asma. Algunas de estas iniciativas son de ámbito regional como los programas “Alerta Balear” (Baleares) y “Asma Deporte y Salud” (Andalucía). Otras son de carácter general como el “Decálogo de una escuela saludable para niños/adolescentes con asma” y las “Recomendaciones para mejorar el cuidado de los niños con asma” de la Sociedad de Neumología Pediátrica.

Cuando los pacientes y familiares reciben educación sanitaria, en el colegio se toman las medidas preventivas adecuadas y existe una buena coordinación entre todos los agentes, los niños con asma pueden realizar todas las actividades escolares.

El personal del centro escolar ha de responsabilizarse de los cuidados especiales que precisan ciertos los alumnos con enfermedades crónicas, como los niños diagnosticados de asma.

El personal del centro escolar ha de responsabilizarse de los cuidados especiales que precisan ciertos los alumnos con enfermedades crónicas, como los niños diagnosticados de asma. (Créditos, F. 175)

¿Qué medidas preventivas se deben tomar en la escuela para normalizar la escolarización de los niños con asma?

Para normalizar la escolarización de los niños con asma los centros educativos deberían:

  • Identificar a los alumnos que padecen asma, tener registro de ellos y comunicarlo a tutores, profesores de educación física y otros profesionales del centro relacionados con el niño.
  • Tener a disposición de los alumnos una enfermería u operativo de asistencia sanitaria, que incluya un botiquín con broncodilatadores de alivio y cámaras de inhalación.
  • Proporcionar información y formación básica sobre el asma bronquial a la plantilla del centro educativo. Esta se deberá actualizar periódicamente. Algunos centros han desarrollado programas específicos de prevención en asma para sus alumnos, con unos resultados excelentes.
  • Reducir la exposición a los desencadenantes del asma en los espacios del centro (alérgenos, irritantes inhalatorios, tabaco, etc.).
  • Favorecer la inclusión de los niños con asma en todas las actividades teniéndolos en consideración a la hora de planificar la educación física, las excursiones y otras actividades extraescolares.
  • Coordinar al profesorado con los alumnos con asma y sus familias, asegurándose de que la información fluye correctamente en ambos sentidos.

No se debe olvidar de que la mayoría de las crisis de asma en los alumnos se podrían prevenir, si se implementaran las medidas que se recogen en este capítulo.

¿Cómo reconocer y manejar una crisis de asma en la escuela?

En realidad, todo el personal del centro educativo al que asisten alumnos con asma debería poder identificar los síntomas de las crisis, aquellos otros que indican gravedad y qué hacer en caso de que se produzcan.

Los síntomas de la crisis leve son tos seca y dificultad para respirar. En una crisis más grave, la dificultad respiratoria es más evidente: solo puede hablar con frases cortas, la tos es más intensa, suelen escucharse ruidos respiratorios y el niño puede estar pálido, sudoroso o tener los labios morados.

¿Cómo actuar ante una crisis de asma en el centro escolar?

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha elaborado un protocolo con esta finalidad.

Cualquiera que sea la intensidad de la crisis, se recomienda:

  • Tranquilizar al niño, que pare su actividad y se siente.
  • No dejar al niño solo. Avisar a la enfermera, profesores u otros adultos. Solicitar que alguien traiga el inhalador de rescate, si no está accesible en ese momento.
  • Administrar lo antes posible el broncodilatador de alivio que haya indicado el médico en el Plan de actuación. Si no se dispone de Plan de actuación puede utilizar cualquier otro broncodilatador de rescate accesible sin esperar. Suelen recomendarse cuatro aplicaciones del inhalador de rescate utilizando una cámara espaciadora.
  • Si a los 5 minutos no se observa mejoría, administrar otras cuatro aplicaciones del inhalador de alivio.
  • Avisar al servicio de urgencias (112) y a la familia del niño
  • En caso de crisis grave o que el niño no mejore con la medicación anterior se pueden administrar otras 4 aplicaciones del inhalador mientras llega el servicio de emergencias.

Para finalizar, no se debe olvidar de que la mayoría de las crisis de asma en los alumnos se podrían prevenir, si se implementaran las medidas que se recogen en este capítulo. Si el alumno tiene la capacidad suficiente, es conveniente que sea él mismo quien se administre el tratamiento. Si no está capacitado para ello, deberá recibir apoyo por parte del centro. Previamente, los padres deberán haber llevado al centro escolar los informes sanitarios, el Plan de Actuación elaborado con el médico y haber otorgado por escrito un consentimiento para que los profesionales del centro administren la medicación en caso de necesidad.

Es preferible que los alumnos lleven al centro la medicación necesaria, especialmente los broncodilatadores de rescate. La deben utilizar en cuanto experimenten los primeros síntomas. En caso de no ser posible, utilizarán la que existe en el botiquín del colegio, que deberá estar disponible en todo momento.

¿Qué precauciones ambientales debe contemplar el centro escolar?

Evitar los desencadenantes ambientales es fundamental para prevenir las crisis de asma. Por ejemplo, vigilar que se cumpla la normativa de no fumar, eliminar el polvo con una limpieza en profundidad, ventilar las clases, cambiar periódicamente los filtros de los sistemas de aire acondicionado, tener precauciones con el deporte al aire libre los días más fríos y en las épocas de polinización, etc.

También es necesario planificar con antelación las actividades con riesgo, para prevenir la exposición a los desencadenantes de cada niño, como acudir a ciertos eventos, excursiones, etc.

¿Qué dificultades hay en la asignatura de educación física para los niños con asma?

El ejercicio es muy beneficioso para los alumnos con asma. Se les debe animar a hacerlo, siempre que tengan sus síntomas bien controlados. Algunos niños tienen asma inducida por ejercicio, sobre todo cuando se están recuperando de una crisis reciente, han tenido una infección respiratoria o durante los días más fríos y secos. Se puede prevenir, como se comentó anteriormente, utilizando un broncodilatador de rescate previamente. No obstante, existen unas precauciones para la educación física de los niños con asma, como, por ejemplo, hacer un calentamiento previo, comenzar progresivamente el ejercicio, pero, sobre todo, asegurarse de que los profesores de educación física saben reconocer los síntomas iniciales de la crisis de asma y cómo manejarla en caso de que se produzca. Se previene fácilmente utilizando el broncodilatador de rescate unos quince a treinta minutos antes de comenzar el deporte. Es conveniente que esos profesores reciban formación específica sobre manejo del asma.

Si el niño no tiene sus síntomas de asma bien controlados no se le debe forzar a que practique deporte. Pero si se les debe animar para que lo consulten con su médico por si considerara necesario incrementar el tratamiento de mantenimiento y que vuelva lo antes posible a tener bien controlados sus síntomas de asma.

¿Qué hacer en la escuela durante la pandemia por el coronavirus con los niños alérgicos?

Los alumnos con asma o alergia no tienen mayor riesgo para contraer la COVID-19, ni para que esta enfermedad sea más grave que los otros alumnos.

Es importante que mantengan sus tratamientos, tal como se los prescribieron sus médicos, pues tampoco los medicamentos utilizados como los corticoides suponen un riesgo adicional. No debe olvidarse que la mayoría de las crisis de asma en los alumnos se podrían prevenir si se implementaran las medidas que se recogen en este capítulo.

En caso de crisis de asma no se pueden utilizar nebulizadores, así que es preferible que los alumnos lleven al colegio sus dispositivos de inhalación por si los necesitan.

En el momento de escribir este capítulo, no se dispone aún de tratamientos curativos para la COVID-19, ni de vacunas preventivas efectivas. Hasta que se puedan utilizar, además de seguir las medidas preventivas generales indicadas por los organismos competentes, se han propuesto otras para reducir la posibilidad de contagios en los centros educativos, como reducción de ratios de alumnos por aula; clases fuera del aula aprovechando otros espacios; disminución de los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro; utilizar las propias aulas para comer, guardando las precauciones adecuadas con los alumnos con alergia alimentaria; entradas y salidas del centro escalonadas; turnos para salir al recreo; evitar reuniones y asambleas; limpiar y ventilar los espacios varias veces al día; uso obligatorio de la mascarilla en las clases y el transporte escolar; fomento del transporte activo (andando o bicicleta), y la comunicación con los padres mediante teléfono y correo electrónico, entre otras.

Resumen

Resumen
  • Las enfermedades alérgicas son cada vez más frecuentes en los niños en edad escolar, y han supuesto un cambio para los colegios, que deben adaptarse a sus necesidades para poder ofrecer una escolarización segura e integradora.
  • La alergia alimentaria es un factor relevante para una escolarización segura y requiere una planificación por parte del centro para evitar riesgos y organizar a todo el personal implicado. La familia, el médico y los docentes deben colaborar con objeto de lograr una estrategia conjunta eficaz.
  • Con respecto al asma bronquial, los centros educativos deberían informar y formar a los profesionales del centro educativo, reducir el riesgo de exposición a los desencadenantes y disponer de los recursos necesarios para manejar las crisis de asma de forma adecuada, en caso de que se produzcan.
  • Con una buena colaboración entre la familia y el centro, los alumnos con alergia o asma pueden realizar con normalidad la mayor parte de las actividades escolares.

Preguntas y respuestas

Preguntas y respuestas

¿Qué importancia tienen las enfermedades alérgicas en la escuela?

El incremento de las enfermedades alérgicas en las últimas décadas las ha situado como un destacado problema de salud de forma global, especialmente relevante en la población infantil. Estas enfermedades afectan notablemente la calidad de vida y generan un impacto negativo en el bienestar social y económico, así como en las actividades cotidianas. La prevalencia de las enfermedades alérgicas respiratorias a nivel mundial se sitúa en un 30-40 % de la población, y la alergia alimentaria ronda el 2 % en la población adulta. En niños, sin embargo, se calculan cifras cercanas al 5 % siendo aún mayor el riesgo en aquellos que tienen antecedentes personales o familiares de otras enfermedades alérgicas.

Una de las actividades prioritarias de los niños para su adecuado desarrollo es su formación e integración en el entorno escolar. Para cumplir este objetivo, debe tenerse en cuenta que los escolares se encuentran en una edad riesgo para presentar enfermedades alérgicas y, por tanto, se deben implementar en su entorno las medidas que aseguren una escolarización sin riesgos. Los responsables de los centros escolares deben conocer todos estos aspectos referentes a la seguridad, y deben ser considerados y protocolizados para que las enfermedades alérgicas no supongan un impedimento en la actividad diaria del centro.

¿Cuál es el contexto psicológico y social de la alergia en la escuela?

La población infantil y adolescente de España que está en edad escolar permanece bajo supervisión del centro educativo durante gran parte de la jornada diaria, incluyendo no solo la jornada matutina, sino también gran parte de la jornada de tarde. Esto ha incrementado de forma significativa el número de horas durante las cuales el alumnado se encuentra fuera de la supervisión de sus padres, siendo el personal del centro escolar el que debe asumir tal responsabilidad.

Además, el número de actividades que rodean al centro escolar también han ido aumentando lo cual hace más complejo el contexto: aulas temáticas que requieren cambios durante el día del alumnado, gimnasios, excursiones, intercambios escolares, encuentros deportivos interescolares, etc. El objetivo formativo e integrador de este desarrollo de la docencia es importante, pero hace aún más compleja la integración del escolar con condiciones particulares por alguna enfermedad como es el alumno alérgico.

Conocer el tipo de alergia (ambiental, alimentaria, etc.) y las manifestaciones que puede presentar, las medidas preventivas recomendadas, así como el tratamiento que debe usarse como medida de rescate en caso de urgencia, son vitales para una escolarización integradora del alumnado alérgico.

¿Cuál es el marco legal sobre el tratamiento de emergencia en la escuela?

Desde el punto de vista legal, tanto la Declaración de Derechos del Niño (1959), como la Constitución Española (1978), como la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor (1996), establecen que el estado debe asegurar la educación y la protección de la salud en la infancia. En la Ley de Educación (LOE, 2006) se contempla la equidad y la no discriminación del alumnado, así como la flexibilidad para adecuarse a las necesidades de los escolares.

Según la orden del Ministerio de Educación y Ciencia (1992): “dada la importancia de incorporar todo lo relativo a dietas especiales y custodia de alimentos, se ha consensuado un Documento de Recomendaciones sobre la Alimentación en los Centros Educativos, que ha sido aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, de aplicación en aquellos centros educativos en los que se impartan enseñanzas de régimen general o de régimen especial, en los que se suministre cualquier tipo de alimentación al alumnado”.

En la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición (2011) se contempla que: “los centros escolares con alumnado con alergias o intolerancias alimentarias, diagnosticadas por especialistas mediante el correspondiente certificado médico, deben elaborar dentro de sus posibilidades menús especiales, adaptados a esas alergias o intolerancias”.

En su conjunto, este marco legal asegura la integración del niño alérgico en el medio escolar independientemente de sus condiciones particulares, y establece la necesidad de proporcionar los medios para que esto suceda evitando conflictos entre las partes implicadas.

Un tema importante es protocolizar el tratamiento en caso de reacción grave. Para ello es fundamental disponer del documento con el consentimiento expreso firmado por los padres. Debe considerarse que, si bien la administración de tratamiento por parte del personal no sanitario puede ser controvertido, la autorización por los tutores y el médico que emite el informe, y la existencia de una responsabilidad civil por parte del centro sobre la seguridad del menor mientras esté en él establecen una base legal que apoya este protocolo, y su no cumplimiento implicaría que estarían bajo riesgo de caer en omisión de socorro.

La necesidad de coordinar todas las partes implicadas para la correcta escolarización de este tipo de alumnado obligó a la elaboración de un documento conjunto entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, que culminó en el “Consenso sobre recomendaciones para una escolarización segura del alumnado alérgico a alimentos y/o látex”, que ofrece una guía útil sobre recomendaciones que se deben tener en cuenta por todas las partes a la hora de planificar la estrategia en estos alumnos.

¿Cómo podemos identificar una reacción alérgica alimentaria en el entorno escolar?

Los síntomas pueden expresarse de diversas formas y no difieren de los producidos por otros tipos de alergias. Suelen aparecer en pocos minutos, generalmente en la primera hora tras el contacto con el alimento:

  • Los más frecuentes (80 %) son los que afectan a piel y mucosas: picor oral, enrojecimiento conjuntival, habones o ronchas aislados, o urticaria generalizada, acompañada en ocasiones de hinchazón localizada (angioedema) generalmente de labios o párpados.
  • Síntomas digestivos: dolor en forma de cólicos abdominales, vómitos, diarrea.
  • Síntomas respiratorios: tos, asfixia, sibilancias.
  • Síntomas cardiovasculares: mareos, taquicardia, hipotensión, pérdida de consciencia, que pueden llevar al estado de shock o parada cardíaca.
  • Anafilaxia: la aparición de síntomas sistémicos (respiratorios, digestivos o cardiovasculares) indican mayor gravedad y, por tanto, de un desenlace potencialmente mortal.

El conocimiento de estas posibles manifestaciones de la alergia alimentaria por parte del personal de centros escolares (docentes como personal de supervisión/vigilancia) es importante porque deben ser capaces de detectar de forma precoz su aparición y poner en marcha lo antes posible el “Plan de Actuación”. La rapidez con que puede evolucionar este tipo de reacciones desde su inicio hasta alcanzar una situación de riesgo vital puede ser de pocos minutos. Los signos de alarma ante un paciente con sospecha de reacción alérgica grave son:

  • Evolución rápida, en pocos minutos
  • Dificultad respiratoria intensa con cianosis (coloración azulada en piel y mucosas)
  • Afectación de laringe: pérdida de voz, ronquera, dificultad para tragar, tos perruna
  • Vómitos intensos y repetitivos
  • Somnolencia repentina o pérdida de consciencia.

¿Qué alimentos son los responsables más frecuentes de la alergia en la infancia?

La alergia alimentaria puede estar originada por muchos tipos de alimentos, y su frecuencia varía en función de los hábitos alimentarios de la zona geográfica y de la edad. En España el entorno geográfico de cada zona (costa o interior, norte o sur) determinan diferencias tanto en la dieta como en su hábitat (temperatura, humedad, vegetación, etc.) que condicionan el ambiente y la frecuencia de exposición y/o consumo de unos u otros factores.

Si consideramos que en España prevalece la dieta mediterránea, las causas más frecuentes de alergia alimentaria en los adultos y adolescentes son las frutas y los frutos secos en unas zonas, o los mariscos o pescados en otras. En los niños, existen circunstancias particulares que hacen que, en los primeros años de vida, cuando se encuentra escolarizado, sean muy frecuentes reacciones alérgicas a alimentos de uso cotidiano como son la leche de vaca y el huevo.

Por estos motivos, es fundamental que, a la hora de escolarizar un alumno alérgico, se entregue a los responsables del centro un informe médico que especifique claramente cuáles son los alimentos que se deben evitar. El centro debe custodiarlo y registrar internamente esta información, personalizando para cada escolar alérgico las pautas de evitación, dieta y medidas preventivas que se deberán tomar a lo largo de toda la jornada escolar.

¿Por qué es importante identificar al alumno que es alérgico al látex?

El contacto con el látex o productos derivados no se limita exclusivamente al ámbito sanitario. Dentro de un centro escolar existen situaciones en las que es posible el uso de objetos que contengan látex: juguetes (globos, pelotas), boquillas de botellas o biberones, gomas de textiles, bandas o telas elásticas, accesorios de disfraces, los mangos de las raquetas, algunas pinturas o accesorios de plástico.

Además, en estos escolares debe considerarse el riesgo de contacto indirecto que puede existir por el uso de guantes de este material por parte del personal de cocina durante la manipulación, elaboración o distribución de la comida. Existen alternativas como son los guantes de vinilo o nitrilo que cumplen la misma función higiénica sin riesgo para el paciente alérgico, así como el uso de accesorios de cocina libres de látex para evitar la contaminación cruzada.

Si en el colegio existiera enfermería propia o si se realizara algún tipo de campaña sanitaria (revisión médica o vacunación), el personal sanitario debe estar informado previamente para que use el material adecuado con este tipo de pacientes y evitar el látex (guantes, bandas de compresión, material exploratorio, etc.). Si el paciente es también asmático, la inhalación de partículas emitidas en el ambiente por el uso de este tipo de material en su entorno puede ser, por sí solo, suficiente para desencadenar una reacción alérgica, lo cual aumenta aún más el riesgo.

¿Dónde y cuándo existe riesgo de presentar una reacción alérgica por alimentos y/o látex en la escuela?

Las actividades dentro del centro escolar en las que puede existir riesgo de exposición al alimento o al látex y que pueden ocasionar una reacción alérgica son muy variadas. Además del comedor escolar (el más previsible), existen también otras múltiples situaciones, como: el desayuno en la clase o las meriendas en los recreos, las comidas durante los desplazamientos al centro en autobús o en excursiones, los talleres de cocina en clase, o la celebración de cumpleaños o de fiestas tradicionales (navidad, carnaval, etc.). En todas ellas, es frecuente la manipulación de alimentos, la cual se produce de forma esporádica y, por tanto, de forma menos controlada. Sin embargo, son momentos casi siempre previsibles y cuyo desarrollo puede planificarse teniendo en cuenta la situación de peligro que puede suponer para este tipo de alumnado alérgico a alimentos/látex.

Las medidas necesarias a tomar pueden ser variadas, como: medidas de separación física para dietas especiales (mesas o salas separadas), identificación de la zona donde se reparten las dietas especiales de forma separada que aseguren la correcta distribución, y evitar el posible intercambio con otros compañeros de comida o utensilios ya usados. En cada caso, deberá valorarse si es posible que se manipulen alimentos en clase de forma segura, por el riesgo de que queden restos en el aula que posteriormente puedan suponer un contacto accidental.

Una adecuada información sobre los alimentos que se deben evitar y la correcta identificación del alumnado en riesgo, por parte de todas las partes implicadas, facilita que tales actividades puedan desarrollarse con la participación integradora de este tipo de alumnado. Si el escolar aún no es por su edad autosuficiente, se recomienda que en determinadas excursiones o viajes escolares esté acompañado por un familiar o docente voluntario que realice la supervisión de cerca y lleve la medicación de emergencia durante todo el evento.

El comedor escolar es el lugar más frecuente donde existe riesgo de presentar una reacción alérgica a alimentos.

El comedor escolar es el lugar más frecuente donde existe riesgo de presentar una reacción alérgica a alimentos. (Créditos, F. 174)

¿Cómo se puede planificar la escolarización segura del paciente alérgico a alimentos?

Para que la vida escolar del paciente alérgico pueda transcurrir de una forma normal e integradora, se deben planificar todos los aspectos que pueden ser susceptibles de riesgo. Es fundamental, para ello, que colaboren todas las partes:

  • La familia: responsable de informar por escrito al centro educativo de la existencia de la alergia alimentaria, debe entregar un informe médico que, de forma clara, explique el tipo de alergia que presenta el escolar, y si precisa algún tipo de tratamiento de urgencia. Además, debe aportar una autorización por escrito para la administración de esta medicación al personal docente encargado y debe depositar dicha medicación en el centro.
  • El personal sanitario: deberá entregar toda la información necesaria al paciente para su centro escolar, así como colaborar en lo posible en la formación sanitaria del entorno del paciente sobre el tipo de alergia y medidas preventivas a seguir. También debe facilitar las recetas para la medicación de emergencia que haya que depositar en el centro escolar.
  • El equipo docente: los centros educativos deben incorporar en su Reglamento Interno todas las actuaciones y el protocolo a seguir en caso de que se produzca alguna reacción alérgica durante el horario escolar, así como favorecer la formación adecuada del personal del centro. Sería deseable que al menos una parte del personal tuviera la formación específica para conocer cómo actuar en caso de reacción alérgica durante el horario escolar.

¿Cómo manejar la reacción alérgica en el horario escolar? Plan de Actuación

El documento de “Consenso para la escolarización segura” propone que cada Comunidad Autónoma dé los pasos necesarios para que sus centros escolares establezcan las vías de coordinación entre familia, profesionales sanitarios y docentes, a través del desarrollo de un “Plan de Actuación” adaptado a sus condiciones particulares, y que deberá ser aprobado por el Consejo escolar de cada centro. Este Plan intenta ser una ayuda para establecer los pasos a seguir en el caso de detectarse una situación de emergencia, y su fin es facilitar el procedimiento a personal no sanitario, para que se pueda poner en marcha la ayuda al escolar y alertar al personal sanitario de Urgencias si fuera necesario. Su objetivo será:

  • Lograr la correcta identificación del alumnado alérgico a alimentos y/o látex.
  • Prevenir la exposición a cualquier cantidad o forma de presentación del alimento o látex.
  • Establecer pautas claras de actuación en caso de reacción adversa por contacto accidental.

En la fase previa a la escolarización del alumnado alérgico se recomienda:

  • Entrevistar a la familia para la entrega del informe médico.
  • Asegurar las vías de comunicación directa por si fuera necesario.
  • Depositar la medicación que es precisa en caso de situación de emergencia.
  • Recomendar a los padres que deben mantener actualizada la información sobre la situación de la enfermedad alérgica del escolar durante todo el curso, notificando cualquier cambio tanto en el tipo de alergia como en el tratamiento.
  • Establecer la responsabilidad de reponer la medicación en caso de que caducara durante el curso escolar.

Dentro de las acciones que se deben desarrollar en cada Comunidad Autónoma están:

  • Fomentar en la comunidad educativa una formación básica de la alergia alimentaria o látex, identificar las situaciones de riesgo, prevenirlas e indicar cómo se debe actuar en caso de que se produjera alguna reacción alérgica accidental.
  • Promover la formación en primeros auxilios de al menos una parte del personal del centro (si no existiera personal sanitario propio)

Como en muchas Comunidades Autónomas aún no se ha establecido este Plan de Actuación, algunas sociedades médico-científicas implicadas en Alergia y Pediatría, junto con las Asociaciones de Pacientes, han desarrollado un modelo que contiene:

  • Los datos del paciente y de contacto de familiares.
  • El tipo de alergia alimentaria que presenta.
  • El tipo de reacciones que puede presentar y el tratamiento que se debe administrar en cada caso.
  • La necesidad de llamar de inmediato al servicio de emergencias (112 o equivalente).
  • La obligación de NO dejar solo al escolar.
  • La autorización expresa del médico responsable y de los padres/tutores para la administración de dicha medicación si fuera necesario.

El tratamiento no difiere al de cualquier otra reacción alérgica y el médico debe especificar, en cada caso, el que precisa el escolar, según la gravedad de la reacción. La necesidad de aplicar un tratamiento de emergencia en casos graves (anafilaxia) en tan corto espacio de tiempo y generalmente por el propio paciente, su familia o cuidadores, ha favorecido el desarrollo de dispositivos de autoinyección con adrenalina que permiten que personal no sanitario sea capaz de utilizarlo con seguridad. El mecanismo de autodisparo por contacto, la dosis fija única preestablecida, la resistencia a temperatura ambiente y su fácil manejo han permitido que su uso se extienda rápidamente como pieza clave en el plan de autocuidados de los pacientes con riesgo de anafilaxia.

¿Tienen los niños con asma bronquial limitaciones en sus actividades escolares?

El asma bronquial es uno de los motivos más frecuentes de absentismo escolar, de visitas a urgencias y de hospitalizaciones, en los alumnos. Al ser una de las enfermedades crónicas más prevalentes en la infancia, es obligado tomar ciertas medidas preventivas en la escolarización del niño con asma. Muchas de las consecuencias negativas derivadas del mal control del asma serían evitables si los alumnos utilizaran de la forma adecuada los tratamientos actualmente disponibles. De hecho, la mayor parte de los niños con asma bien controlada pueden realizar vida normal en la escuela.

La escuela tiene la responsabilidad general de cuidar al niño, incluyendo su salud. El personal docente y no docente del centro ha de responsabilizarse de los cuidados especiales que precisan ciertos alumnos con enfermedades crónicas, como los niños diagnosticados de asma. También los padres deben colaborar al máximo con el centro educativo y mantener una buena comunicación con este. En los centros educativos se han de contemplar medidas preventivas para reducir la repercusión del asma en las actividades escolares, y sería de gran ayuda implementar sus plantillas con profesionales de la salud, como enfermeras escolares, del mismo modo que se ha hecho en otros países.

En los últimos años se han desarrollado iniciativas en nuestro entorno que han elaborado materiales educativos muy útiles para el ámbito escolar, con el objetivo de mejorar la información de profesores y alumnos con asma. Algunas de estas iniciativas son de ámbito regional como los programas “Alerta Balear” (Baleares) y “Asma Deporte y Salud” (Andalucía). Otras son de carácter general como el “Decálogo de una escuela saludable para niños/adolescentes con asma” y las “Recomendaciones para mejorar el cuidado de los niños con asma” de la Sociedad de Neumología Pediátrica.

Cuando los pacientes y familiares reciben educación sanitaria, en el colegio se toman las medidas preventivas adecuadas y existe una buena coordinación entre todos los agentes, los niños con asma pueden realizar todas las actividades escolares.

El personal del centro escolar ha de responsabilizarse de los cuidados especiales que precisan ciertos los alumnos con enfermedades crónicas, como los niños diagnosticados de asma.

El personal del centro escolar ha de responsabilizarse de los cuidados especiales que precisan ciertos los alumnos con enfermedades crónicas, como los niños diagnosticados de asma. (Créditos, F. 175)

¿Qué medidas preventivas se deben tomar en la escuela para normalizar la escolarización de los niños con asma?

Para normalizar la escolarización de los niños con asma los centros educativos deberían:

  • Identificar a los alumnos que padecen asma, tener registro de ellos y comunicarlo a tutores, profesores de educación física y otros profesionales del centro relacionados con el niño.
  • Tener a disposición de los alumnos una enfermería u operativo de asistencia sanitaria, que incluya un botiquín con broncodilatadores de alivio y cámaras de inhalación.
  • Proporcionar información y formación básica sobre el asma bronquial a la plantilla del centro educativo. Esta se deberá actualizar periódicamente. Algunos centros han desarrollado programas específicos de prevención en asma para sus alumnos, con unos resultados excelentes.
  • Reducir la exposición a los desencadenantes del asma en los espacios del centro (alérgenos, irritantes inhalatorios, tabaco, etc.).
  • Favorecer la inclusión de los niños con asma en todas las actividades teniéndolos en consideración a la hora de planificar la educación física, las excursiones y otras actividades extraescolares.
  • Coordinar al profesorado con los alumnos con asma y sus familias, asegurándose de que la información fluye correctamente en ambos sentidos.

No se debe olvidar de que la mayoría de las crisis de asma en los alumnos se podrían prevenir, si se implementaran las medidas que se recogen en este capítulo.

¿Cómo reconocer y manejar una crisis de asma en la escuela?

En realidad, todo el personal del centro educativo al que asisten alumnos con asma debería poder identificar los síntomas de las crisis, aquellos otros que indican gravedad y qué hacer en caso de que se produzcan.

Los síntomas de la crisis leve son tos seca y dificultad para respirar. En una crisis más grave, la dificultad respiratoria es más evidente: solo puede hablar con frases cortas, la tos es más intensa, suelen escucharse ruidos respiratorios y el niño puede estar pálido, sudoroso o tener los labios morados.

¿Cómo actuar ante una crisis de asma en el centro escolar?

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha elaborado un protocolo con esta finalidad.

Cualquiera que sea la intensidad de la crisis, se recomienda:

  • Tranquilizar al niño, que pare su actividad y se siente.
  • No dejar al niño solo. Avisar a la enfermera, profesores u otros adultos. Solicitar que alguien traiga el inhalador de rescate, si no está accesible en ese momento.
  • Administrar lo antes posible el broncodilatador de alivio que haya indicado el médico en el Plan de actuación. Si no se dispone de Plan de actuación puede utilizar cualquier otro broncodilatador de rescate accesible sin esperar. Suelen recomendarse cuatro aplicaciones del inhalador de rescate utilizando una cámara espaciadora.
  • Si a los 5 minutos no se observa mejoría, administrar otras cuatro aplicaciones del inhalador de alivio.
  • Avisar al servicio de urgencias (112) y a la familia del niño
  • En caso de crisis grave o que el niño no mejore con la medicación anterior se pueden administrar otras 4 aplicaciones del inhalador mientras llega el servicio de emergencias.

Para finalizar, no se debe olvidar de que la mayoría de las crisis de asma en los alumnos se podrían prevenir, si se implementaran las medidas que se recogen en este capítulo. Si el alumno tiene la capacidad suficiente, es conveniente que sea él mismo quien se administre el tratamiento. Si no está capacitado para ello, deberá recibir apoyo por parte del centro. Previamente, los padres deberán haber llevado al centro escolar los informes sanitarios, el Plan de Actuación elaborado con el médico y haber otorgado por escrito un consentimiento para que los profesionales del centro administren la medicación en caso de necesidad.

Es preferible que los alumnos lleven al centro la medicación necesaria, especialmente los broncodilatadores de rescate. La deben utilizar en cuanto experimenten los primeros síntomas. En caso de no ser posible, utilizarán la que existe en el botiquín del colegio, que deberá estar disponible en todo momento.

¿Qué precauciones ambientales debe contemplar el centro escolar?

Evitar los desencadenantes ambientales es fundamental para prevenir las crisis de asma. Por ejemplo, vigilar que se cumpla la normativa de no fumar, eliminar el polvo con una limpieza en profundidad, ventilar las clases, cambiar periódicamente los filtros de los sistemas de aire acondicionado, tener precauciones con el deporte al aire libre los días más fríos y en las épocas de polinización, etc.

También es necesario planificar con antelación las actividades con riesgo, para prevenir la exposición a los desencadenantes de cada niño, como acudir a ciertos eventos, excursiones, etc.

¿Qué dificultades hay en la asignatura de educación física para los niños con asma?

El ejercicio es muy beneficioso para los alumnos con asma. Se les debe animar a hacerlo, siempre que tengan sus síntomas bien controlados. Algunos niños tienen asma inducida por ejercicio, sobre todo cuando se están recuperando de una crisis reciente, han tenido una infección respiratoria o durante los días más fríos y secos. Se puede prevenir, como se comentó anteriormente, utilizando un broncodilatador de rescate previamente. No obstante, existen unas precauciones para la educación física de los niños con asma, como, por ejemplo, hacer un calentamiento previo, comenzar progresivamente el ejercicio, pero, sobre todo, asegurarse de que los profesores de educación física saben reconocer los síntomas iniciales de la crisis de asma y cómo manejarla en caso de que se produzca. Se previene fácilmente utilizando el broncodilatador de rescate unos quince a treinta minutos antes de comenzar el deporte. Es conveniente que esos profesores reciban formación específica sobre manejo del asma.

Si el niño no tiene sus síntomas de asma bien controlados no se le debe forzar a que practique deporte. Pero si se les debe animar para que lo consulten con su médico por si considerara necesario incrementar el tratamiento de mantenimiento y que vuelva lo antes posible a tener bien controlados sus síntomas de asma.

¿Qué hacer en la escuela durante la pandemia por el coronavirus con los niños alérgicos?

Los alumnos con asma o alergia no tienen mayor riesgo para contraer la COVID-19, ni para que esta enfermedad sea más grave que los otros alumnos.

Es importante que mantengan sus tratamientos, tal como se los prescribieron sus médicos, pues tampoco los medicamentos utilizados como los corticoides suponen un riesgo adicional. No debe olvidarse que la mayoría de las crisis de asma en los alumnos se podrían prevenir si se implementaran las medidas que se recogen en este capítulo.

En caso de crisis de asma no se pueden utilizar nebulizadores, así que es preferible que los alumnos lleven al colegio sus dispositivos de inhalación por si los necesitan.

En el momento de escribir este capítulo, no se dispone aún de tratamientos curativos para la COVID-19, ni de vacunas preventivas efectivas. Hasta que se puedan utilizar, además de seguir las medidas preventivas generales indicadas por los organismos competentes, se han propuesto otras para reducir la posibilidad de contagios en los centros educativos, como reducción de ratios de alumnos por aula; clases fuera del aula aprovechando otros espacios; disminución de los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro; utilizar las propias aulas para comer, guardando las precauciones adecuadas con los alumnos con alergia alimentaria; entradas y salidas del centro escalonadas; turnos para salir al recreo; evitar reuniones y asambleas; limpiar y ventilar los espacios varias veces al día; uso obligatorio de la mascarilla en las clases y el transporte escolar; fomento del transporte activo (andando o bicicleta), y la comunicación con los padres mediante teléfono y correo electrónico, entre otras.

Autores

Autores

Dra. Paloma Poza Guedes

Médico especialista en Alergología. Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Canarias, Tenerife

Dr. Ruperto González Pérez

Médico especialista en Alergología. Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Canarias, Tenerife

Dr. Francisco Javier Contreras Porta

Médico especialista en Alergología. Servicio de Alergología del Hospital Universitario La Paz, Madrid

Índice de preguntas

Índice de preguntas

Anexos

Anexos

Bibliografía

Bibliografía
  • GALAXIA: Guía de actuación en Anafilaxia para pacientes. https://www.seaic.org/documentos/guia-de-anafilaxia-para-pacientes. (Fecha de consulta: 13 de septiembre de 2020.)
  • GEMA. Guía Española para el Manejo del Asma. Guía para pacientes. Madrid: Luzán 5, 2011. https://www.gemasma.com/pacientes. (Fecha de consulta: 13 de septiembre de 2020.)
  • Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Documento de Consenso sobre Recomendaciones para una escolarización segura del alumnado alérgico a alimentos y/o látex. Edición 2013. https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/promocion/saludJovenes/docs/Alergia_Alimentos_latex.pdf. (Fecha de consulta: 13 de septiembre de 2020.)
  • Muraro, A., A. Clark, K. Beyer, L. M. Borrego, M. Borres, K. C. Lodrup Carlsen, et al. «Documento de posicionamiento. La atención al niño alérgico en la escuela: Grupo de trabajo EAACI/GALEN sobre el niño alérgico en la escuela». Allergy, 65 (2010): 681-689.
  • Praena Crespo, M., F. J. López-Silvarrey Varela, y J. M. Román Piñana. «El asma en la escuela». En A. López-Silvarrey y J. Korta Murua, eds. El asma en la infancia y adolescencia. Bilbao: Fundación BBVA, 2012.
  • SEAIC. Cursos gratuitos: “Vivir con alergia a alimentos” y “Controlar el asma es posible” en el Aula Virtual para Pacientes de la SEAIC. https://soyexpertoenalergia.es/. (Fecha de consulta: 13 de septiembre de 2020.)

Capítulos más vistos

Resumen