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- Los pescados y mariscos con frecuencia son responsables de reacciones de alergia alimentaria, especialmente en los adultos y en niños mayores.
- Existe una elevada reactividad cruzada entre los diferentes tipos de pescados, y habitualmente las personas se hacen alérgicas a varias especies. El alérgeno responsable más común es una proteína muscular del grupo de las parvalbúminas.
- También entre los distintos mariscos (crustáceos y moluscos) se produce una elevada reactividad cruzada y, aunque la situación clínica más frecuente es la alergia simultánea a varios crustáceos, son posibles otras situaciones: crustáceos y moluscos, moluscos aislados, o crustáceos y algún tipo de moluscos. El alérgeno principal es una proteína del grupo de las tropomiosinas.
- El tratamiento de estas alergias es la dieta de exclusión.
- Los anisákidos son los parásitos marinos que más enfermedades producen en el mundo occidental. Pueden dar lugar a enfermedades por la parasitación (generalmente transitoria) y la reacción alérgica (consecuencia de activar una respuesta inmunitaria de tipo IgE), cuya posibilidad de ocurrir sin una parasitación previa no está plenamente aclarada.
- La patología inducida por el parásito Anisakis simplex es más frecuente en personas adultas, y puede ocasionar desde un cuadro similar a una gastroenteritis hasta un choque anafiláctico que precisará de tratamiento intensivo.
- El diagnóstico de alergia a Anisakis suele hacerse a través de pruebas cutáneas y serología (determinación de IgE específica); el diagnóstico de la parasitación aguda por Anisakis puede requerir una endoscopia diagnóstico-terapéutica.
- El Anisakis puede estar presente en pescados marinos y moluscos cefalópodos, pero no en los crustáceos ni en los peces de río.
- La población general, como consumidores, debe conocer los riesgos del consumo de pescado crudo o poco cocinado. El consumo de pescado bien cocinado y precongelado puede reducir drásticamente la incidencia de parasitación y de alergia al Anisakis.
¿Qué es el pescado?
El término pescado se aplica a los peces extraídos del agua para su consumo. Los peces son animales vertebrados acuáticos, normalmente de sangre fría, que respiran a través de las branquias y nadan gracias a sus aletas. Pueden ser de agua dulce o salada, y se encuentran en ríos, lagos, mares, océanos y en todo tipo de climas. Son el grupo más grande de los animales vertebrados (tabla 1), con más de veinte mil especies, el 40 % de ellas viviendo en agua dulce y el resto en los mares, y con algunas especies, como los salmones o las anguilas, capaces de pasar de un medio a otro.
Los peces se clasifican en tres grandes grupos (clases): peces óseos (u osteictios), peces cartilaginosos (o condrictios) y peces sin mandíbula (o agnatos). Los peces óseos son el grupo más numeroso, y la mayoría de los peces comestibles pertenecen a este grupo (tabla 2).
Superclase | Clase |
---|---|
Invertebrados | |
Moluscos | Gasterópodos Bivalvos Cefalópodos |
Equinodermos | |
Artrópodos | Insectos Arácnidos Crustáceos Miriápodos |
Otros | |
Vertebrados | |
Peces | Óseos Cartilaginosos Agnatos |
Tetrápodos | Anfibios Reptiles Aves Mamíferos |
Tabla 1. Clasificación de los animales
Peces óseos (osteictios) | |||||||
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Anguiliformes | Anguila, congrio | ||||||
Cupleiformes | Sardina, boquerón | ||||||
Salmoniformes | Salmón, trucha | ||||||
Gadiformes | Merluza, bacalao, bacaladilla, faneca | ||||||
Lophiiformes | Rape | ||||||
Perciformes: |
|
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Pleuronectiformes | Gallo, rodaballo, lenguado | ||||||
Scorpeniformes | Cabracho, rubio | ||||||
Peces cartilaginosos (condrictios) | |||||||
Cazón, raya | |||||||
Peces sin mandíbula (agnatos) | |||||||
Lamprea |
Tabla 2. Clasificación de los peces
¿Qué es la alergia al pescado?
Es una reacción adversa, mediada por un mecanismo inmunológico, frente a ciertas proteínas de pescados, habitualmente mediada por anticuerpos de la clase IgE, específicos para el pescado.
Los pescados tabién pueden causar reacciones adversas no alérgicas, a través de mecanismos no inmunológicos, generalmente por la presencia de sustancias tóxicas en su carne. En este caso, la reacción se dará en cualquier persona que haya ingerido suficiente cantidad de pescado, sin necesidad de ser alérgica. En nuestro medio la reacción tóxica más común es la intoxicación escombroide o escombroidosis, producida por pescados azules en mal estado, especialmente de la familia de los escombriformes (atún, bonito, caballa), que acumulan un exceso de histamina y sustancias similares, responsables de los síntomas. Tras la ingestión del pescado aparecen manchas rojas y calor en la cara, junto con diarrea, dolor de estómago, náuseas y dolor de cabeza.
En otras ocasiones, el pescado puede estar infectado por parásitos, y quien lo ingiere desarrolla una reacción alérgica, que no le ocurrirá si consume el mismo pescado sin parásitos. En nuestro medio, estas reacciones se deben frecuentemente a la larva de un parásito llamado Anisakis simplex.
Más raramente, el pescado también puede acumular toxinas cuando ingiere cierto tipo de algas microscópicas (dinoflagelados). Los cuadros que originan estas toxinas (como la ciguatera y otros) son sobre todo neurológicos, gastrointestinales y respiratorios (figura 1).
Figura 1. Reacciones adversas causadas por pescados y mariscos
¿Cuáles son los alérgenos del pescado?
En nuestro entorno, la mayoría de las reacciones alérgicas a pescados se producen por pescados gadiformes (merluza, bacaladilla) y pleuronectiformes (gallo, lenguado). Es menos común la alergia a escombriformes (atún, bonito, caballa) y a pez espada, tolerados por muchos individuos alérgicos a otros pescados.
La composición proteica y grasa de los peces varía entre las diferentes especies y también entre individuos de una misma especie, dependiendo de la parte anatómica, la edad, el medio ambiente, la estación del año, la alimentación, o los cambios sexuales relacionados con el desove.
Los alérgenos principales son unas proteínas (parvalbúminas) que se encuentran en el músculo del pescado (figura 2). Son proteínas que resisten al calor y no se modifican al cocinarlas, y son muy similares en las diferentes especies de pescado; por eso la mayor parte de los pacientes alérgicos al pescado lo son a varias especies. Los pescados escombriformes también tienen parvalbúmina, pero en menor cantidad que los de otros grupos (y con más dificultad de unirse a anticuerpos IgE), lo que contribuye a que produzcan menos alergia.
También se han descrito otras proteínas, no parvalbúminas, que pueden actuar como alérgenos. Algunas de estas proteínas son específicas de especie (solo las contiene una especie determinada, por ejemplo, el salmón, o el gallo) y las personas sensibilizadas a ellas pueden tolerar pescados de otras especies.
Figura 2. Pescados más consumidos en España (Créditos, F. 116)
¿Es frecuente la alergia al pescado?
El pescado es un alimento frecuentemente implicado en reacciones alérgicas en zonas de elevado consumo, como es el caso de la Europa mediterránea.
Las reacciones alérgicas al pescado surgen ya en los primeros años de vida, coincidiendo con su introducción en la dieta, hacia el primer año de vida. En los niños de corta edad constituye la tercera causa de alergia a alimentos, por detrás de la leche y del huevo; en los adultos es el alimento responsable del 12-14 % de los casos de alergia en nuestro entorno.
La alergia al pescado puede perdurar durante décadas o incluso toda la vida. Por ello, más de la mitad de las personas alérgicas al pescado son adultos y jóvenes mayores de 15 años.
¿Qué es el marisco?
Marisco es un término culinario que engloba distintos animales invertebrados acuáticos comestibles, generalmente marinos. La mayoría de los mariscos pertenecen al grupo de los crustáceos o de los moluscos, pero también son mariscos los equinodermos (erizo de mar). Hay tres tipos de moluscos: cefalópodos, bivalvos y univalvos o gasterópodos (figuras 3 a 5, tabla 3). El caracol de tierra es un molusco gasterópodo comestible, pero no es un marisco, ya que no es acuático.
Figura 3. Especies de moluscos bivalvos y gasterópodos de consumo frecuente en España (Créditos, F. 117)
Figura 4. Especies de moluscos cefalópodos de consumo frecuente en España (Créditos, F. 118)
Figura 5. Especies de crustáceos de consumo frecuente en España (Créditos, F. 119)
Moluscos | |
---|---|
Gasterópodos (univalvos) | Lapa, bígaro o caracolillo, cañadilla, zamburiña |
Bivalvos | Almeja, mejillón, ostra, vieira, berberecho |
Cefalópodos | Pulpo, sepia, pota, calamar |
Crustáceos | |
Gamba, langostino, quisquilla, carabinero, langosta, bogavante, cigala, buey de mar, centollo, nécora, cangrejo, percebe | |
Equinodermos | |
Erizo de mar |
Tabla 3. Clasificación de los mariscos
¿Qué es la alergia al marisco?
Es una reacción inmunológica a los mariscos, mediada por anticuerpos de la clase IgE, similar a la que se ha descrito con el pescado.
Los mariscos también pueden producir reacciones por estar contaminados con gérmenes o toxinas. Esto ocurre con más frecuencia con los moluscos, que se alimentan por filtración, lo que les hace acumular cualquier tóxico que se encuentre en el ambiente. Estos pueden ser tanto gérmenes como bacterias o virus (Staphylococcus aureus, virus de la hepatitis A, virus entérico), y causan síntomas gastrointestinales, horas después de haber ingerido el marisco.
Como ocurre con ciertos pescados, la carne del marisco también puede acumular toxinas procedentes de algas microscópicas (dinoflagelados) con las que se haya alimentado. Los síntomas que originan estas toxinas son sobre todo neurológicos, y a veces también gastrointestinales y respiratorios.
¿Cuáles son los alérgenos del marisco?
El marisco contiene muchas proteínas, pero no todas producen alergia. La gamba (o camarón) es el crustáceo más estudiado y el primero en el que se descubrió su alérgeno principal, una proteína (tropomiosina), que supone el 20 % de sus proteínas solubles.
Las tropomiosinas son proteínas fibrosas presentes en el músculo de los crustáceos y los moluscos, y también en otros invertebrados no comestibles: los ácaros del polvo, la mosca de la fruta o las cucarachas. La tropomiosina, como alérgeno común a todos estos animales, es la base de las asociaciones de la alergia a los crustáceos y los moluscos entre sí, y con la alergia respiratoria a los ácaros.
Las tropomiosinas son proteínas termoestables (resistentes al calor) e hidrosolubles, por lo que se encuentran en el líquido de cocción y pueden ser transportadas en los vapores de cocción.
Además, en el marisco se han descrito otras proteínas alergénicas, la mayoría relacionadas con la contracción muscular (arginín-quinasa y otras); o la hemocianina, presente en la cabeza (cefalotórax) de los crustáceos, relevante cuando se consumen los crustáceos enteros. También se han descrito proteínas alergénicas específicas de cada especie.
¿Es frecuente la alergia al marisco?
La alergia al marisco es más frecuente entre los adultos: el 90 % de los alérgicos son mayores de 15 años. Cuando aparece en la infancia suele ser muy persistente. En España, los mariscos causan el 14,8 % de los casos de alergia alimentaria en los adultos, y en nueve de cada diez casos los crustáceos son el alimento responsable.
La manipulación de los mariscos y los pescados puede causar reacciones alérgicas respiratorias y cutáneas. En las últimas décadas ha aumentado el consumo de pescados y mariscos a nivel mundial y, de forma paralela, se han incrementado las reacciones alérgicas de origen laboral.
¿Qué síntomas producen la alergia al pescado y la alergia al marisco?
Son similares a las de otras alergias alimentarias. Los síntomas suelen aparecer inmediatamente después de su ingestión, en los primeros 30-60 minutos.
Los síntomas más habituales son los cutáneos, generalmente picor y lesiones de la piel en forma de ronchas (urticaria) e hinchazón localizada (angioedema). También pueden aparecer síntomas digestivos (dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea) y respiratorios (estornudos, moqueo, asma). En algunos casos, las reacciones que presenta el paciente pueden llegar a ser muy graves, con participación de varios órganos (anafilaxia), incluso con riesgo vital (v. capítulo 34). Los pacientes asmáticos tienen mayor riesgo de desarrollar reacciones graves.
La alergia al pescado y al marisco también pueden desencadenarse por contacto o por inhalación de los vapores de cocción o de las partículas desprendidas durante su manipulación (desconchado, corte, etc.). Cuando la reacción se desarrolla por contacto, casi siempre se manifiesta como urticaria. Algunos pacientes son tan sensibles que pueden desarrollar los síntomas cutáneos al permanecer en ambientes donde haya pescado/marisco, sin llegar a tocarlo. La inhalación de vapores de cocción puede producir una crisis de asma, sobre todo en personas previamente asmáticas.
La mayoría de los individuos alérgicos al pescado lo son frente a distintas especies. Entre los alérgicos al marisco la situación clínica más habitual es la sensibilización simultánea a varios crustáceos y a moluscos, pero caben todas las combinaciones: alergia solo a crustáceos, solo a moluscos, a crustáceos y bivalvos, etc.
La alergia al pescado es independiente de la alergia al marisco, aunque puede haber personas que presenten ambas a la vez.La mayor parte de las personas alérgicas al marisco están sensibilizadas también a los ácaros del polvo (síndrome ácaros-marisco), pero no ocurre al revés.
¿Cómo se diagnostica la alergia al pescado y/o al marisco?
La herramienta fundamental es la historia clínica. Es importante aportar al especialista todos los detalles que se recuerden:
- Número de reacciones presentadas, cuándo y en qué circunstancias.
- Pescados/mariscos responsables y forma de preparación, incluidos condimentos.
- Otros alimentos ingeridos junto al pescado/marisco.
- Período transcurrido entre la ingestión y la aparición de los síntomas.
- Síntomas e intensidad y duración de las reacciones.
- Síntomas tras el contacto o la exposición a vapores de pescado/marisco.
- Tolerancia para otras especies de pescado/marisco, antes y después de la última reacción.
Una vez establecida la sospecha, se procede al estudio complementario necesario para demostrar la existencia de IgE frente al alimento (pruebas cutáneas y pruebas de laboratorio). El pescado y el marisco van juntos en muchas preparaciones culinarias, por lo que a menudo el estudio se realiza con ambos. Además, deberá excluirse una alergia a Anisakis simplex.
- Pruebas cutáneas: se realizan en punción intraepidérmica (prick-test), con extractos de pescados y de distintos mariscos (figura 6). En algunos casos, puede ser necesario utilizar el propio alimento en fresco (prick-prick). (v. capítulo 41).
- IgE sérica específica: demostración de la IgE específica en la sangre de los pacientes mediante diversas técnicas (v. capítulo 42). Es un método más caro y menos sensible que las pruebas cutáneas, pero ofrece información adicional útil en el seguimiento de la enfermedad.
Figura 6. Pruebas cutáneas positivas a distintas especies de pescados y crustáceos en un varón de 22 años con alergia simultánea (Créditos, F. 120)
Cuando el resultado del estudio no es concluyente, se realizan pruebas de exposición controlada, que consisten en la ingestión de cantidades crecientes y progresivas del alimento en estudio para comprobar si el paciente lo tolera. Estas pruebas siempre se llevan a cabo supervisadas por personal médico experto, y con los medios necesarios para tratar adecuadamente las posibles reacciones (v. capítulo 44).
¿Cómo se trata la alergia al pescado y/o al marisco?
El único tratamiento disponible en la actualidad es seguir una dieta exenta de los pescados o mariscos responsables de la alergia y sus derivados, y evitar además el contacto y la exposición a los vapores de cocción.
Dado que hay pacientes alérgicos a pescados o mariscos que toleran algunas especies, las restricciones dependen de la historia clínica y de las provocaciones específicas para cada alimento. Si no se está seguro de la tolerancia (por la propia experiencia de cada alérgico, o por pruebas de exposición), lo más sensato es evitar ingerir todos los tipos de pescado o de marisco, según el caso. Se recomienda tener especial cuidado con las comidas fuera de casa y, en particular, evitar restaurantes especializados en pescados y mariscos. Para realizar bien la dieta, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Leer cuidadosamente los ingredientes de los alimentos antes de consumirlos.
- Evitar los alimentos fritos en aceite usado de pescados o mariscos.
- Lavar adecuadamente los utensilios usados para cocinar pescados o mariscos.
- Vigilar las posibles fuentes ocultas de pescado: sopas, pizzas, paellas, rollitos congelados de cangrejo (surimi) y otros mariscos de imitación, caviar, gelatinas, vitaminas u omega 3 procedentes de aceite de pescados o de hígado de bacalao, harinas de pescado y animales alimentados con harinas de pescado, salsa Worcester, ensalada César, vinos y bebidas clarificadas con cola de pescado.
- Tener presente que ciertos medicamentos y cosméticos pueden ser también fuentes potenciales de alérgenos de pescado.
Tanto el pescado como el marisco están entre los 14 alimentos descritos como los causantes más frecuentes de alergia, por lo que han sido incluidos internacionalmente en las listas de declaración obligatoria del etiquetado de alimentos (v. capítulos 20 y 27).
Además de la dieta, es fundamental que los alérgicos sepan reconocer sus propios síntomas de alergia, que conozcan las medidas de tratamiento necesarias y que lleven consigo los medicamentos indicados por su alergólogo. En el caso de los niños, es de vital importancia que las personas encargadas de su cuidado (padres, cuidadores, maestros, etc.) hayan sido entrenadas al respecto (v. capítulo 27).
¿Qué relación tiene la alergia a pescados y/o mariscos con la alergia al yodo?
Ninguna. Como ya se ha explicado, los individuos alérgicos a pescados o mariscos lo son a sus proteínas, no al yodo. Las personas alérgicas a estos alimentos pueden recibir yodo en cualquiera de sus formas sin mayores precauciones que la población general, incluyendo, por ejemplo, el yoduro potásico en embarazadas, el antiséptico povidona yodada (Betadine®), o los contrastes yodados utilizados en las exploraciones radiológicas.
¿Qué es el Anisakis?
Anisakis simplex es un parásito de pescados y moluscos marinos, el más importante de la familia de los anisákidos, que son nematelmintos (gusanos cilíndricos) cuya forma adulta habita en los grandes mamíferos marinos. Las larvas de Anisakis son visibles a simple vista en el abdomen de los pescados parasitados, formando ovillos en su paquete visceral o enquistadas en el músculo más próximo a la cavidad abdominal. Se estima que hasta el 80 % de algunas especies de pescados marinos (merluza, bacaladilla, anchoa, etc.) pueden estar parasitados.
¿Dónde se halla habitualmente el Anisakis?
El Anisakis requiere para su reproducción de un ciclo biológico que incluye varios hospedadores en el ecosistema marítimo (figura 7). El parásito adulto se encuentra en mamíferos marinos —hospedador definitivo—, en particular cetáceos (ballenas, delfines, marsopas, orcas, narvales) y pinnípedos (focas y morsas). En sus estómagos, las larvas alcanzan el estado adulto y la madurez sexual, de modo que se expulsan los huevos fecundados al mar a través del aparato digestivo, por las heces del hospedador definitivo.
Los huevos expulsados alojan la larva en su estadio inicial (L1), desde el que ha de madurar hasta L3. Para ello, antes de parasitar a los peces, pasa por otros hospedadores intermediarios (eufáusidos o diminutos crustáceos del plancton) presentes en el krill oceánico. Los peces, los moluscos y las ballenas adquieren la parasitación al alimentarse de plancton o al ingerir a su vez otros peces contaminados previamente con larvas de Anisakis.
El hombre puede consumirlo al ingerir pescados parasitados por las larvas, pero no somos un hospedador adecuado para este parásito, de modo que habitualmente no se completa su ciclo vital en la especie humana, que resulta pues un hospedador accidental.
Figura 7. Ciclo biológico del Anisakis simplex (Créditos, F. 121)
¿Qué especies de peces pueden contener larvas de Anisakis?
Se considera que cualquier pescado marino es susceptible de estar parasitado por larvas de anisákidos. Algunos pescados de nuestros caladeros están altamente parasitados, especialmente los ejemplares de merluza y anchoa; otras especies, como el gallo o el verdel, sufren menor parasitación y representan un riesgo más bajo. Las larvas de Anisakis pueden estar también presentes en los moluscos cefalópodos (calamares, pulpo), pero no en los bivalvos (ostras, almejas, mejillones, berberechos, etc.), ni en los crustáceos, ni en los peces de río como la trucha, la panga o la carpa.
¿Qué platos de pescado entrañan más riesgo de sufrir parasitación por anisákidos?
Las infestaciones humanas por parásitos del pescado se asocian a hábitos alimenticios que incluyen el consumo de pescados crudos o poco cocinados, al ingerir parásitos vivos que han sobrevivido a una cocción insuficiente. Se trata por lo tanto de una contaminación biológica de los pescados, y no existe riesgo de contagio persona a persona.
Los hábitos de consumo de pescado pueden variar mucho en función de las tradiciones y la cultura culinaria. Así, se consideran platos de riesgo en la transmisión de anisákidos el “sushi” y “sashimi” japoneses, los arenques salados o ahumados típicos de Holanda, el “gravlax” nórdico, el “lomi-lomi” hawaiano, el “ceviche” sudamericano y los boquerones en vinagre españoles, entre otros. No obstante, estos platos se consideran seguros si se elaboran con pescado previamente congelado, como se verá después en las normas recomendadas.
¿Qué tipo de enfermedades puede producir?
El Anisakis produce, al ingerir alimentos parasitados, dos cuadros clínicos: la parasitación del tracto digestivo, y reacciones alérgicas. Cuando ambas situaciones coinciden en el tiempo, hablamos de anisakiasis gastroalérgica.
- Parasitación o infestación (anisakiasis o anisakidosis). Se considera una zoonosis (enfermedad humana transmitida por los animales) y se adquiere por el consumo de pescado o cefalópodos crudos o insuficientemente cocinados que alojen larvas vivas, ocasionando una infestación que puede afectar a cualquier individuo expuesto. Los síntomas dependerán de la parte del tubo digestivo afectada.
- Alergia a Anisakis. Cuadro alérgico agudo que se produce al exponerse a pescado parasitado. Ocurre generalmente en sujetos adultos que no han presentado nunca alergia a pescados ni a otros alimentos; pero que podrían quizás estar sensibilizados a antígenos de Anisakis, a través de una parasitación asintomática previa. Los síntomas más frecuentes son los cutáneos (urticaria y/o angioedema) aunque también hay casos de anafilaxia.
- Anisakiasis gastroalérgica. Es un cuadro alérgico agudo acompañado de síntomas digestivos, consecuencia de la suma de los síntomas de una parasitación aguda y su correspondiente respuesta de anticuerpos desencadenada por el parásito. Depende también en gran medida de los hábitos dietéticos de la población. En nuestro entorno se ha relacionado principalmente con el consumo de boquerones en vinagre.
- De forma mucho más rara, también pueden ocurrir cuadros de rinoconjuntivitis y/o asmas ocupacionales por Anisakis en personas que manipulan pescado en su trabajo.
¿Cómo son los síntomas de la reacción alérgica a estos parásitos?
Lo más común es un cuadro alérgico agudo que se desencadena habitualmente entre 15-30 minutos y 2 horas tras comer pescado. Es más frecuente que tenga lugar en sujetos adultos, entre los 40 y 70 años, y que la reacción se atribuya a medicamentos o a otros alimentos, dado que estas personas habían tolerado las mismas variedades de pescado a lo largo de toda su vida. Los signos y síntomas más habituales, al igual que con el pescado y el marisco, son los cutáneos (urticaria y angioedema). También pueden aparecer síntomas digestivos y respiratorios (estornudos, moqueo, asma). En algunos casos, las reacciones que presenta el paciente pueden llegar a ser muy graves (anafilaxia), incluso con riesgo para la vida.
¿Cómo se hace el diagnóstico de alergia a Anisakis?
Como en toda alergia alimentaria, lo fundamental es la historia clínica compatible con una reacción de tipo alérgico (urticaria acompañada o no de otros síntomas sistémicos) en el contexto de ingestión de pescado en las 4 horas previas a la reacción. Una vez establecida la sospecha, se hace el estudio complementario necesario para demostrar la existencia de IgE frente a Anisakis (pruebas cutáneas y pruebas de laboratorio). Para confirmar el diagnóstico, las pruebas deberían resultar positivas para el extracto de Anisakis y negativas para los pescados u otros alimentos ingeridos de forma concomitante.
¿Cómo se trata actualmente la parasitación? ¿Y la alergia a Anisakis?
El tratamiento más efectivo de la parasitación gástrica es la extracción de las larvas del estómago durante la endoscopia (figura 8), lo que conlleva la confirmación diagnóstica y la consiguiente desaparición de la sintomatología en pocas horas.
La anisakiasis intestinal puede hacer necesaria una intervención quirúrgica para resecar el fragmento afecto, aunque un tratamiento conservador con sueros y antibióticos puede ser suficiente para la curación. En la parasitación del colon se puede realizar con éxito la extracción de las larvas mediante colonoscopia.
Aunque se han investigado numerosos tratamientos antiparasitarios (como el pamoato de pirantel, el tiabendazol o la ivermectina), en la actualidad no existe un tratamiento farmacológico eficaz de la anisakiasis.
Los síntomas de alergia al Anisakis se tratan como otras reacciones alérgicas: fármacos antihistamínicos, corticoides, broncodilatadores, y adrenalina en función de los síntomas que presente el paciente. Siempre habrá que estar atentos a los síntomas digestivos para indicar en su caso una endoscopia, ante la sospecha clínica de una parasitación concomitante con la reacción alérgica.
Figura 8. Imagen endoscópica de larvas de Anisakis infiltrando la pared del tubo digestivo (Créditos, F. 122)
¿Cómo se puede prevenir la parasitación por Anisakis?
Se han intentado varias estrategias para conseguir la muerte larvaria antes de su consumo, pero el congelado rápido (menos de –20 °C) durante al menos 48 horas y el cocinado que alcance temperaturas superiores a 60 °C, durante al menos 2 minutos en el interior de la pieza, parecen seguir siendo las medidas más eficaces para evitar la parasitación en las personas.
La población general debería comer con normalidad cualquier clase de pescados comprados con las garantías sanitarias vigentes en nuestro país (donde entre otras medidas, la legislación obliga a congelar el pescado que se vaya a consumir en crudo), y cocinarlos según las medidas habituales de higiene, la temperatura de cocción y el tiempo necesarios para garantizar la seguridad de su consumo. Es importante tener en cuenta los platos que suponen un riesgo y evitar el consumo de pescados crudos o poco hechos que no hayan sido previamente congelados.
¿Y cómo se puede prevenir la alergia al Anisakis?
Los pacientes con reacciones alérgicas a Anisakis confirmadas deberían seguir las siguientes recomendaciones:
- Evitar pescados marinos y cefalópodos (calamares, sepias, pulpo) en caso de alergia grave, especialmente fuera del domicilio. Los pescados de río, los moluscos bivalvos y los crustáceos se consideran seguros.
- Llevar consigo el autoinyector de adrenalina si se come fuera del domicilio.
- Evitar al menos las especies de pescados marinos más parasitadas (merluza, bacaladilla, bacalao, anchoas, salmonetes, etc.), y los pescados pequeños, con objeto de no ingerir la musculatura adyacente a la región abdominal.
- En los pescados con presencia menor de parásitos (atún, bonito, caballa, gallo…), ingerir —previa inspección visual— solo la parte de la cola.
- Reconocer el parásito y retirarlo para no ingerirlo, en caso de encontrárselo en el pescado.
¿Son seguros los pescados de piscifactoría en los casos de alergia?
En el año 2010 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, o European Food Safety Authority (EFSA) elaboró un documento sobre la seguridad del pescado procedente de piscifactoría en lo concerniente a las reacciones alérgicas al Anisakis, llegando a las siguientes conclusiones:
- Las prácticas habituales de producción de salmones de piscifactoría aseguran por el momento una probabilidad muy baja de contener parásitos y, por tanto, el riesgo de infección por parásitos es despreciable en la actualidad.
- Con respecto al resto de productos pesqueros procedentes de la acuicultura, hay poca información disponible que permita identificar qué especies criadas no presentan riesgo para la salud en relación con parásitos, si los productos son consumidos crudos o casi crudos.