EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Investigadores principales: Francisco Gabriel Acién Fernández (Universidad de Almería) y Miguel Urrestarazu Gavilán (Universidad de Almería).
Miembros del equipo: Fernando Marcelo Chiamolera Gallon (Universidad de Almería); Cintia Gómez Serrano (Universidad de Almería); José Luis Guzmán Sánchez (Universidad de Almería); Ainoa Morillas España (Universidad de Almería) y Tatiana Pagan Loeiro da Cunha (Universidad de Almería).
DESCRIPCIÓN
Dos grupos de investigación en la Universidad de Almería –uno de perfil más químico, con Francisco Gabriel Acién Fernández a la cabeza, y otro especializado en ingeniería agrónoma, dirigido por Miguel Urrestarazu Gavilán– han unido sus fuerzas para afrontar el desafío de la escasez hídrica en regiones mediterráneas a través de la innovación de la regeneración de las aguas. Durante los últimos dos años, en vez de considerar tecnologías convencionales de depuración, exploraron soluciones biológicas, que implican a las microalgas, para tratar aguas residuales urbanas y transformarlas en aptas para uso agrícola. Acién sintetiza el propósito de ALBOR: “Queremos dar un empuje a estas tecnologías para que se conviertan en realidad. Esta solución natural ahorraría costes y equipararía los estándares de seguridad y limpieza del agua tratada en depuradoras convencionales”.
Ambos investigadores subrayan la importancia del arraigo hortícola de Almería, la provincia en la que trabajan, considerada el “huerto de Europa”, y en la que el componente del agua es fundamental. Urrestarazu apunta que un manejo técnico adecuado de estas aguas puede incluso beneficiar la producción de algunos cultivos: “Estamos demostrando que, en las ocho grandes hortalizas que se cultivan en Almería (tomate, pimiento, berenjena, calabacín, judía verde, melón y sandía), está aumentando su calidad nutracéutica, es decir, que proporcionan beneficios adicionales a la salud al ser más ricos en anticancerígenos, vitaminas, y antioxidantes”.
El proyecto incluye una estrategia de transferencia de conocimiento y difusión, dirigida a agricultores, administraciones y actores clave del territorio. “Queremos que estas tecnologías sean muy fáciles de implantar, y que los propios agricultores, sin necesidad de ingenieros, puedan hacerlas funcionar”, informa Acién. Para ello, están implementando herramientas de vanguardia como microscopía digital, citometría de flujo, espectroscopía NIR, HPLC-MS, ICP-MS y análisis ómicos, que permitirán medir parámetros de cultivo y hacer que los sistemas sean autosuficientes. Así, pequeñas y medianas poblaciones de 10.000 a 50.000 habitantes, en las que sería muy costoso instalar una depuradora convencional, serían capaces de transformar todos los días miles de metros cúbicos de agua residual en la misma cantidad de agua limpia para soportar la agricultura local.