BIOGRAFÍA
Fermín Grodira considera que ciencia y periodismo tienen en común la búsqueda de la verdad y ambos avanzan gracias a la curiosidad por conocer el mundo. Las dos disciplinas convergen en la divulgación científica, y Grodira sostiene que esta supone una «herramienta para hacer frente a la creciente desconfianza del público general hacia el conocimiento experto y hacia los valores democráticos que se inició durante la pandemia».
El comunicador es graduado en Biología por la Universidad Complutense de Madrid, máster en Periodismo de la Ciencia, la Tecnología y el Medio Ambiente por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización por la Universidad Rey Juan Carlos y la Escuela Unidad Editorial. A lo largo de sus seis años de trayectoria profesional ha colaborado con medios de comunicación como Público, La Marea o El País y ha trabajado en El Confidencial y la agencia Europa Press. Desde 2018 ha sido periodista en la sección de ciencia y cambio climático de Maldita.es.
Uno de sus objetivos como divulgador es ayudar a que la ciencia llegue a aquellas personas que no han podido ir a la universidad. «Muchas veces la divulgación se destina a un público más elitista, más formado, y creo que es un error por nuestra parte si no llegamos a aquellas personas que ven la ciencia como algo ajeno a ellas, como si fuera una cosa de señores y señoras en laboratorios con sus batas, que genera cierto rechazo», argumenta.
Por todo ello, ha escogido un itinerario que le permitirá conocer de primera mano la investigación que se desarrolla en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (Córdoba), centrado en Sociología, y cuyos aprendizajes considera clave para aplicar en los artículos de divulgación. Además, el periodista pasará por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Barcelona), la Estación Biológica de Doñana (Sevilla) y la Estación Experimental del Zaidín (Granada).
Grodira indica que este recorrido por los centros del CSIC supone volver a sus orígenes académicos, ya que estudió la carrera de Biología, pero siempre ejerció como periodista y el contacto más cercano que tuvo con científicos fue únicamente por correo o teléfono. «Ahora tengo la oportunidad de trabajar mano a mano con los mejores investigadores del país, estar en el terreno y acompañarlos en la recolección de muestras, lo que cambia considerablemente de estar delante de un ordenador», señala.