BIOGRAFÍA
Leyre Flamarique es graduada en Psicología por la UNED, tras lo cual obtuvo el título del Máster en Periodismo BCN NY de la Universidad de Barcelona. Su interés en la Neurociencia le llevó a realizar las prácticas del último de curso de Psicología en el Laboratorio de Conducta Animal de la UNED y llegó a formar parte del Comité Organizador del XXX Congreso Internacional de la Sociedad Española de Psicología Comparada. Tras concluir el máster, en septiembre de 2019 se incorporó al canal de información científica Big Vang del periódico La Vanguardia, desde donde se incorpora al itinerario por tres centros que ha planteado a la Ayuda CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.
La explosión de noticias científicas durante la pandemia de Covid-19 «ha generado un panorama confuso, donde resulta muchas veces difícil cribar la buena información». «Por este motivo, quiero aportar mi grano de arena para conseguir que la gente confíe en la ciencia. Creo que conocer bien los procesos es muy importante para entender el resultado y más aún cuando cada día aparecen nuevas actualizaciones». Su objetivo es acercar mejor el trabajo de investigación al público general, de modo que «cualquier persona que nunca haya estado en un laboratorio pueda seguir, de primera mano, el desarrollo que lleva conseguir, por ejemplo, una vacuna que luego se le inyectará». Por este motivo, plantea un itinerario que comienza en el Centro Nacional de Biotecnología para conocer de primera mano el trabajo en una vacuna contra el SARS-CoV-2 del equipo de Luis Enjuanes, Isabel Sola y Sonia Zúñiga, a los que sumarán sendas estancias en el Centro de Astrobiología y el Instituto Cajal, especializado en neurobiología.
De las características de esta ayuda destaca, en primer término, «el poder entrar en laboratorios punteros y conocer sus procesos en unas condiciones que muchas veces no están al alcance ni siquiera de periodistas científicos de renombre y con años de carrera». Tanto el carácter inmersivo del programa como la variedad de los centros que la acogerán equivalen, para Flamarique, «a hacer un máster en ciencia». Por otra parte, el diseño del programa y la implicación de los investigadores de los centros posibilita «un diálogo bidireccional donde lo que voy aprendiendo se traducirá en reportajes u otros soportes informativos que se habrán gestado en un feedback continuo con los investigadores».