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Ignacio Martín Llorente

PREMIO DE INVESTIGACIÓN SOCIEDAD CIENTÍFICA INFORMÁTICA DE ESPAÑA-FUNDACIÓN BBVA

Premios Nacionales de Informática

2020

Premio Aritmel por sus contribuciones científicas y de estandarización en las áreas de grid y cloud computing, por el impacto de los proyectos de código abierto GridWay y OpenNebula, por su transferencia tecnológica a la empresa, por sus actividades de colaboración en proyectos europeos y por su proyección internacional.

CONTRIBUCIÓN

Vídeo

Entrevista con el premiado

Discurso

Ignacio Martín Llorente

«La simplicidad es la máxima sofisticación», dice Ignacio Martín Llorente citando a Leonardo da Vinci. Se refiere a que el uso intuitivo, amigable, de nuestros dispositivos es un disfraz de sencillez que oculta tecnología muy sofisticada. La videollamada familiar, los videojuegos, a lección escolar a distancia, existen gracias a complejos desarrollos fraguados a lo largo de décadas.

Una muestra es la nube –the cloud–, la tecnología que permite almacenar en el ciberespacio grandes cantidades de datos y recursos de computación, hoy esencial en cualquier entorno laboral. Fue Martín Llorente, catedrático de Arquitectura y Tecnología de Ordenadores en la Universidad Complutense de Madrid, quien hace 15 años creó los primeros métodos y algoritmos que permiten una gestión escalable y eficiente de los grandes equipos centralizados de que depende la nube.

Por entonces, este físico ya había investigado en NASA Langley, en EEUU, en computación para simular dinámica de fluidos, y coordinaba, desde 2002, el Grupo de Investigación en Arquitectura de Sistemas Distribuidos de la Universidad Complutense. Sus aportaciones en cloud computing se aplican hoy en gestores como OpenNebula, con decenas de miles de descargas en todo el mundo. Además han dado lugar a numerosos proyectos internacionales, como Reservoir, el primer proyecto europeo de investigación en sistemas cloud.

Martín Llorente investiga ahora en lo que viene después de la nube: la computación edge. «Hay ya 50.000 millones de dispositivos conectados, y con el Internet de las Cosas se añadirán más, como los electrodomésticos. Muchos requieren tiempos de respuesta muy rápidos, ya no podrán depender de equipos centralizados; la computación tendrá que hacerse más cerca del usuario. Es un cambio conceptual, una descentralización de la computación en la red». Esta investigación la realiza en colaboración con la Universidad de Harvard (EE.UU.), de la que es profesor visitante desde 2016.

«Este premio —señala el galardonado— es un reconocimiento a la investigación de todo el grupo a lo largo de veinte años y, a la vez, una forma de motivarnos en nuestra labor investigadora».