Raúl Murillo Montero
PREMIO DE INVESTIGACIÓN SOCIEDAD CIENTÍFICA INFORMÁTICA DE ESPAÑA-FUNDACIÓN BBVA
Investigadores jóvenes en informática
2025
Por sus contribuciones al desarrollo de nuevas arquitecturas contribuyendo significativamente al desarrollo de formatos aritméticos alternativos y su integración en redes neuronales profundas, aceleradores hardware y generación de operadores eficientes.
CONTRIBUCIÓN
Raúl Murillo Montero (Madrid, 1996) estudió el doble grado de Matemáticas e Informática «principalmente porque no sabía cuál me gustaba más» y, llegado el momento de abordar el trabajo de fin de grado, buscó un área de investigación «que aunara algo de las dos disciplinas». Así es como se introdujo en la aritmética de computadores, a la que ha aportado «nuevas arquitecturas, contribuyendo significativamente al desarrollo de formatos aritméticos alternativos y su integración en redes neuronales profundas, aceleradores hardware y generación de operadores eficientes», destaca el jurado.
En el momento en que arranca un dispositivo electrónico, comienza a realizar miles de operaciones matemáticas por segundo. «Mi trabajo consiste en enseñar a las máquinas a hacer matemáticas con números decimales, que son un poco más complejas, porque los ordenadores trabajan solo con el 0 y el 1», explica este diseñador de hardware en Siemens Digital Industries Software. Y lo que Murillo ha conseguido es «desarrollar nuevos formatos para reducir el tamaño de los datos, acelerar los cálculos y conseguir que consuman menos energía». Optimizar este proceso tiene un impacto positivo en ámbitos como «los gráficos por computador, las simulaciones científicas o aplicaciones de reconocimiento de imagen que todo el mundo conoce», explica; y en su tesis doctoral, ha estudiado su aplicación con éxito a computación de altas prestaciones o redes neuronales. «Las redes neuronales son uno de los principales algoritmos de inteligencia artificial y, de forma resumida, funcionan realizando cientos de miles de sumas y multiplicaciones. Hemos comprobado que, utilizando el formato correcto, se podía reducir el tamaño de los datos para realizar las operaciones, lo cual acelera los cálculos y tiene un menor coste energético».
Estos formatos son tan rompedores que no existían ordenadores en el mercado que pudieran realizar cálculos con ellos, por lo que Murillo tuvo que desarrollar también el hardware para probarlos. «Empezamos diseñando un circuito que multiplicaba dos números, y poco a poco fuimos diseñando nuevas arquitecturas hasta integrarlas en un procesador completo en el que somos capaces de ejecutar todo tipo de operaciones matemáticas con estos nuevos formatos. Es un trabajo complicado, porque, cuando algo no funciona como debería, requiere buscar el fallo bit a bit». Pero el esfuerzo se ve recompensado, aclara, «por el momento eureka, el de he sido el primero en hacer esto, descubrir aquello o confirmar esa hipótesis que necesitaba evidencia científica».