Daron Acemoglu, catedrático de Economía del MIT, expone en la Fundación BBVA las claves para la prosperidad de los países
Daron Acemoglu, catedrático de Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), protagonizó ayer por la tarde la Conferencia JEEA-Fundación BBVA, que pronunció bajo el título ¿Por qué fracasan las naciones?: orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. En su intervención resumió las conclusiones más importantes de década y media de investigación en Economía del Desarrollo.
25 mayo, 2012
¿Es posible comprender por qué unos países son ricos y otros pobres? El catedrático del MIT responde afirmativamente. La clave “está en las instituciones económicas. Las instituciones económicas inclusivas incentivan la inversión y a la innovación y proporcionan igualdad de condiciones, de modo que la mayoría de la población puede desplegar su talento. Estas condiciones generan prosperidad. Sin embargo, algunas sociedades se rigen por instituciones extractivas: crean derechos de propiedad volátiles, no permiten los contratos, desaniman la innovación y la incorporación de tecnología y, lo que es más importante, generan normas que benefician a un pequeño segmento de la sociedad, llegando incluso a obligar a la gente a trabajar por sueldos muy bajos o impedir el acceso a determinadas ocupaciones. A estas instituciones las llamamos extractivas porque están diseñadas para extraer recursos de la mayor parte de la población”.
Primavera árabe: entre la oportunidad y la frustración
La pobreza genera el descontento que, recientemente, se ha traducido en la primavera árabe y el derrocamiento de sistemas autoritarios en Egipto, Túnez, Libia y Siria, a los que Acemoglu no duda en calificar como “algunos de los regímenes más extractivos del mundo”. Considera que las revueltas “abren esperanzas de crecimiento para la región”, pero advierte de que “el proceso es traicionero: otras revoluciones llegaron al poder prometiendo cambios y acabaron en otro régimen similar, solo que con otras personas al frente. Esto se debe a la propia naturaleza de las instituciones que heredan. Las buenas instituciones son aquellas que limitan el poder e impiden este tipo de comportamiento”.
Pronóstico reservado para el 'milagro chino'
Acemoglu otorga un pronóstico reservado a China, pese a haberse convertido en el motor mundial de la economía en tiempos de crisis. Este catedrático del MIT sostiene que “China puede continuar creciendo a corto plazo, pero entrar en la siguiente etapa, generar auténtica innovación, le será mucho más difícil si no crea un entorno que recompense a quien cuestiona los intereses, las tecnologías, las empresas y la autoridad vigentes”.
Otro de los problemas que acechan a la economía a corto y medio plazo es la dependencia del petróleo. El desarrollo de las energías alternativas limpias no ha alcanzado, de momento, un nivel que les permita competir en coste-beneficio con los combustibles fósiles. Y el panorama se agrava por el impacto de las emisiones en el cambio climático..
Europa: las necesarias reformas estructurales
Con varios países europeos pendientes de la evolución diaria de la prima de riesgo, la visión de Acemoglu es, sin embargo, optimista:La Unión Europea ha creado un mercado único con instituciones razonables, y dispone de un capital humano y un potencial innovador tremendos
'La Unión Europea ha creado un mercado único con instituciones razonables, y dispone de un capital humano y un potencial innovador tremendos'
Pero anima a imponer medidas estructurales donde sea necesario. “Si Europa goza de buenas perspectivas, no ocurre lo mismo con Grecia salvo que cambie y adopte reformas fundamentales en su sistema político, en el mercado de trabajo, en el mercado de bienes y en el sector funcionarial. España tiene problemas similares, aunque no tan graves.
Impulsar la revolución tecnológica 'verde'
Otro de los problemas que acechan a la economía a corto y medio plazo es la dependencia del petróleo. El desarrollo de las energías alternativas limpias no ha alcanzado, de momento, un nivel que les permita competir en coste-beneficio con los combustibles fósiles. Y el panorama se agrava por el impacto de las emisiones en el cambio climático
Acemoglu tiene claro que el impulso debería ser político, mediante “un impuesto significativo sobre el carbono. Una vez que se empiece a producir a gran escala, el cambio tecnológico se acelerará y en unas pocas décadas las energías renovables podrán competir con el petróleo o el carbón. Europa lo ha hecho aquí mucho mejor que Estados Unidos. Pero, al final, las barreras reales vuelven a ser de orden político. Necesitamos acuerdos internacionales que se tornan imposibles por el hecho de que cualquier solución global creará pérdidas locales”.