El desafío de comunicar las matemáticas, a debate en la Fundación BBVA
El pasado lunes, 20 de mayo, se celebró la mesa redonda “El desafío de comunicar las matemáticas” en la sede madrileña de la Fundación BBVA, con la participación del periodista Alfredo Menéndez, director y presentador del programa “Las mañanas de RNE”, y Ágata Timón, responsable de comunicación y divulgación del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT). El acto formó parte del congreso BYMAT (Bringing Young Mathematicians Together), que se celebra del 20 al 24 de mayo ICMAT con la colaboración de la Fundación BBVA, y en el que participan unos 180 jóvenes investigadores en matemáticas de 20 países.
23 mayo, 2019
Las matemáticas están de moda. Los grados con Matemáticas son de los más solicitados; cada vez más empresas contratan matemáticos; y en los medios de comunicación generalistas empiezan a abundar contenidos afines a las matemáticas. “La gente siente fascinación por las matemáticas”, dice el periodista Alfredo Menéndez, director de Las mañanas de RNE. “Hay más interés”, corrobora Ágata Timón, responsable de comunicación y divulgación del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT). Sí, entre las matemáticas y el público se atisba el comienzo de una hermosa amistad. Menéndez y Timón ofrecieron pistas para consolidarla en la mesa redonda “El desafío de comunicar las matemáticas”, celebrada en la Fundación BBVA, y alentaron a los matemáticos a implicarse en el proceso.
La sesión, moderada por el Director de Comunicación Científica de la Fundación BBVA, Pablo Jáuregui, empezó con una aparente paradoja: ¿Cómo una ciencia abstracta, que emplea un lenguaje en gran parte desconocido para los no matemáticos, despierta interés entre el público? El hecho es que lo hace, y así lo demostró la audiencia del programa generalista Las mañanas de RNE, que incluía la sección Más que parábolas con el matemático Santi García Cremades –justo durante esta mesa redonda Menéndez anunció el pronto regreso de la sección–.
“Las matemáticas generan magnetismo, aunque no las entiendas del todo”, respondió Menéndez. “Te dicen que es importante y prestas atención, y al final te quedas con pinceladas de algo que puede despertar las ganas de saber más”. Claro que para lograr eso, recordó el periodista, el matemático debe conocer las “reglas del juego” de la comunicación generalista, muy diferentes de la especializada.
¿Qué reglas? “Se aprenden sin dificultad”, animó Menéndez. Una básica es no intentar contar todo, ni de manera muy precisa. Mejor centrarse en una idea, y rodearla en un envoltorio atractivo: el humor, la música… “Pero no hace falta tocar la guitarra ni hacer el payaso, cada uno encuentra su manera de comunicar”, dijo el periodista.
Timón, que es matemática, dio una pista crucial para ello: olvidar (momentáneamente) a sus colegas. “Ante una audiencia generalista el lenguaje no es el que usas con tu colaborador o tu director de tesis”, afirmó. Menéndez estuvo de acuerdo: “el que comunica matemáticas con un lenguaje menos especializado no rebaja su condición de matemático”.
Timón animó a sus colegas a divulgar: “Cuando estás peleando con un problema, parar para una entrevista o participar en una actividad escolar es un cambio, es diferente y muy estimulante”. Además, “todos somos embajadores de las matemáticas”, añadió. “La imagen de las matemáticas es responsabilidad de todos. Estar en los medios sirve para sembrar la semilla del interés y transmitir, por ejemplo, que esta es una disciplina que no está cerrada”.
Fomentar vocaciones científicas y aumentar la cultura matemática
También para las instituciones como el ICMAT la divulgación tiene ventajas, no solo porque implica “un retorno a la sociedad de su inversión en investigación”, señaló Timón; “también para fomentar vocaciones y, por qué no, para aumentar la cultura matemática de la sociedad en general, de modo que el público pueda apreciar y disfrutar el conocimiento que generan las matemáticas”.
El lema de la cuenta del ICMAT en Twitter es: “La belleza de las matemáticas se puede atisbar aun sin saber de ecuaciones”. A la hora de construir el mensaje, Timón sugiere restar abstracción y precisión máxima, y buscar a cambio una historia atractiva que incluya el contenido matemático y transmita el tipo de pasión que existe en la investigación.
“El poder de las matemáticas para describir la realidad es fascinante”, dijo Timón. También “el logro intelectual que representan: demuestra hasta dónde podemos llegar. La historia de alguien que se enfrenta a un problema planteado un siglo atrás es emocionante, y la sensación que se tiene cuando finalmente lo resuelve… hay que transmitir esa pasión”.
Entre los obstáculos para la comunicación de las matemáticas, Menéndez y Timón destacaron los estereotipos de que las matemáticas son “la asignatura hueso”, o “para cerebritos”. “No”, dijo tajante Menéndez; “la dificultad de las matemáticas en el colegio dependerá de múltiples factores, como las demás asignaturas; además si insisto en la radio en que las matemáticas son difíciles, espanto a mi propia audiencia”.
El otro tópico que hay que desterrar es “que las matemáticas son aburridas, algo que se construye con una serie de reglas y ya está”, dice Timón. “Al contrario, deberíamos transmitir toda la creatividad de las matemáticas. Son una forma de conocimiento que ha generado formas de pensar fascinantes”.