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El exceso de inversión en activos improductivos ha frenado el crecimiento económico más que la baja productividad del trabajo

La trayectoria de la productividad del trabajo y del capital en España representa un freno para la generación de valor añadido y el crecimiento. Los aumentos de la productividad del trabajo (cociente entre el PIB y la cantidad de horas trabajadas) son menores de lo esperable de las mejoras en las dotaciones de capital por trabajador y el incremento de las cualificaciones.

10 abril, 2017

Pero en el siglo XXI el mayor obstáculo a la productividad proviene de un esfuerzo inversor escasamente aprovechado, pues la limitada capacidad de generar valor de las inversiones acumuladas reduce la productividad de los capitales (cociente entre el PIB y los activos productivos duraderos disponibles, como naves industriales, maquinaria, equipos informáticos, etc.). La principal causa de ese desaprovechamiento ha sido el exceso de inversión en activos inmobiliarios residenciales y no residenciales que, al tener una vida útil muy larga, permanecen en los balances de las empresas pero representan capacidad instalada no utilizada que no genera renta.

A partir de 2008 se ha producido una sustancial reorientación de las inversiones. Aunque el esfuerzo inversor (inversión/PIB) se sitúa recientemente en niveles históricamente muy bajos para España (19,9%), su composición se ha dirigido mucho más hacia activos más productivos, como la maquinaria, los activos TIC y los activos inmateriales -como la I+D-, todos ellos con mayor potencial de generar valor añadido. Así pues, los datos de los años de recuperación, a partir de 2014, permiten hablar de un nuevo patrón de acumulación en España.

No obstante, el exceso de capacidad que representan los capitales instalados y no aprovechados mantiene la productividad del stock de capital español muy por debajo del nivel de los países más avanzados (59% de la de Estados Unidos). Se trata de un problema duradero, como los activos de los que se deriva,  que limita la eficiencia de la economía española, más incluso que la productividad del trabajo. De hecho, mientras que en el siglo XX la productividad del trabajo explicaba prácticamente el 100% de la debilidad de la productividad total de los factores de España frente a Estados Unidos, desde el año 2000 solo el 40% de la divergencia depende de ella, mientras que la productividad del capital explica el 60% restante.

Estas son algunas de las principales conclusiones del informe ‘Acumulación y productividad del capital en España y sus comunidades autónomas en el siglo XXI’, elaborado por la Fundación BBVA y el Ivie como parte de su programa de investigaciones económicas. El estudio ha sido dirigido por los profesores de la Universidad de Valencia Lorenzo SerranoFrancisco PérezMatilde Mas y Ezequiel Uriel, todos ellos investigadores del Ivie, en colaboración con Eva Benages y Juan Carlos Robledo, técnicos de investigación del Instituto.