La crisis fuerza el cambio del tejido productivo y el uso de los factores ligados al conocimiento para mejorar la eficiencia y la productividad
El Informe 2012 Fundación BBVA-Ivie sobre Crecimiento y competitividad identifica los motores del cambio del patrón de crecimiento y los frenos derivados de la larga recesión
10 diciembre, 2012
El tejido productivo de la economía española está realizando cambios positivos en varias direcciones, pero sus progresos se ven obstaculizados por la desfavorable coyuntura macroeconómica, el fuerte ritmo de ajustes fiscales impuesto por la Unión Europea (UE) y la prolongación de las dificultades financieras.
Así lo indica el segundo Informe 2012 Fundación BBVA-Ivie sobre Crecimiento y competitividad, dedicado a analizar los motores y frenos de la economía española. El documento ha sido realizado por un equipo de investigadores y técnicos del Ivie, entre los que se encuentran cinco catedráticos de la Universidad de Valencia y la Universidad de Murcia. El estudio ha sido dirigido por Francisco Pérez, catedrático de la Universidad de Valencia y director de investigación del Ivie. Como el primer Informe BBVA-Ivie publicado en 2011 y el conjunto del Programa de Investigaciones Económicas que desarrollan desde hace más de quince años conjuntamente ambas instituciones, la investigación plantea los problemas desde una perspectiva amplia y de largo plazo, ofreciendo explicaciones de los problemas y también propuestas de actuación.
Los datos del Informe muestran que el contexto macroeconómico no es favorable para aumentar la velocidad de los cambios que están produciéndose y hace que predominen los balances negativos en términos de actividad, empleo o endeudamiento. La falta de margen de maniobra financiero y de estímulos externos en el entorno europeo está manteniendo una fuerte presión sobre las empresas y el sector público, necesitados de recuperar la confianza de los mercados financieros para normalizar su situación. En ese sentido, 2012 ha sido un año de fuertes tensiones pero, paulatinamente, en el exterior se va abriendo camino el reconocimiento de que España está adoptando muchas decisiones importantes para corregir sus desequilibrios, que podrían dar resultados más pronto si el contexto europeo fuera más favorable.
Para avanzar en esa dirección, el Informe de la Fundación BBVA-Ivie propone 15 actuaciones que deberían incluirse en la agenda más inmediata aunque algunos de sus efectos sean a largo plazo.
1. Creación de la unión bancaria europea. Es necesario avanzar en cuatro direcciones, que ya están en marcha pero deben completarse: una supervisión única, un mecanismo europeo de resolución de crisis bancarias, un fondo de garantía de depósitos común, y una regulación única.
2. Normalizar el crédito a las actividades. Es necesario que el crédito vuelva a fluir con normalidad, en cantidad y precio, hacia los proyectos que ofrezcan una rentabilidad y un riesgo acordes con las condiciones del mercado productivas.
3. Resolver la crisis de la deuda soberana. Los Gobiernos deben reconocer sus dificultades y contar con la ayuda necesaria para poner fin a la crisis de liquidez de algunas administraciones.
4. Definir el tamaño y estructura del sector público. Es imprescindible para ello evaluar la eficiencia de las políticas y los resultados últimos de las actuaciones.
5. Evaluar la capacidad fiscal y lucha contra el fraude.
6. Impulsar las políticas activas de empleo. Son imprescindibles para incrementar la empleabilidad de millones de parados, reducir el riesgo de desempleo permanente asociado a la falta de preparación y también el peligro de depreciación del capital humano de los jóvenes titulados.
7. Aplicar la reforma laboral.
8. Intensificar la competencia. España necesita aumentar la competencia en numerosos sectores, sobre todo de servicios, además de revisar la capacidad de fijar precios y mantener márgenes elevados de las grandes empresas.
9. Reducir el coste regulatorio para la empresa. Conviene disminuir el coste fiscal, laboral y administrativo de las empresas y la inseguridad jurídica, además de eliminar barreras legislativas y administrativas que dificultan la unidad del mercado nacional.
10. Impulsar un marco normativo favorable al crecimiento de la empresa. Se debe revisar la regulación que apoya a las pymes para evitar que sea un obstáculo para el crecimiento del tamaño de las empresas.
11. Potenciar el tejido exportador.
12. Desplegar una estrategia educativa ambiciosa.
13. Promover el uso del conocimiento y las sinergias entre educación y empresa.
14. Impulsar la investigación aplicada y la innovación tecnológica.
15. Facilitar el acceso a las TIC y su uso. Es necesario un apoyo decidido al acceso a precios competitivos y uso masivo de las TIC.