Premios_Informatica_2024_alta
IX edición de los galardones de la SCIE y la Fundación BBVA

Los Premios de Informática reconocen nuevos hitos en inteligencia artificial, robótica, realidad virtual, arquitectura de ordenadores y ciberseguridad

Nuevos algoritmos de inteligencia artificial para potenciar el análisis de imágenes médicas u optimizar el consumo energético en los hogares través del aprendizaje automático; innovadoras arquitecturas de computación para el archivo y gestión de datos en la nube de manera más económica y eficiente; estrategias eficaces de ciberseguridad frente al riesgo de hackeos; robots asistenciales diseñados para apoyar el cuidado y la rehabilitación de pacientes en centros de salud… Estos son algunos de los avances reconocidos en la IX edición de los Premios de Investigación concedidos por la Sociedad Científica Informática de España (SCIE) y la Fundación BBVA.

23 julio, 2025

Convocatoria

Premios de Investigación Sociedad Científica Informática de España - Fundación BBVA

2025

Estos galardones fueron creados en 2017 por la SCIE y la Fundación BBVA para reconocer la creatividad, originalidad y excelencia de los científicos de nuestro país que están impulsando la investigación en este campo tan fundamental de nuestro tiempo. Los premios comprenden dos modalidades: la modalidad Investigadores Jóvenes en Informática reconoce a los autores de las tesis doctorales más innovadoras y relevantes: se conceden hasta seis premios, cada uno dotado con 6.000 euros, a investigadores menores de 30 años que trabajen en España. La otra modalidad son los Premios Nacionales de Informática, que la SCIE concede desde 2005 y se incorporaron a los galardones entregados conjuntamente con la Fundación BBVA en 2018. Estos galardones reconocen a investigadores, entidades públicas y privadas que han dedicado su labor al estudio, fortalecimiento y divulgación de la informática.

Esta alianza con la SCIE –que aglutina a 10 asociaciones y sociedades científicas en el campo de la informática– para reconocer y visibilizar el talento de los investigadores en esta disciplina se une a las otras tres familias de galardones que la Fundación BBVA otorga, también anualmente, en colaboración con otras tantas sociedades científicas españolas: los Premios de Investigación Matemática Vicent Caselles con la Real Sociedad Matemática Española (RSME), los Premios de Física con la Real Sociedad Española de Física (RSEF) y los premios otorgados con la Sociedad Española de Estadística e Investigación Operativa (SEIO).

Premios Investigadores Jóvenes en Informática

Verónica Álvarez Castro (Zaragoza, 1996), investigadora posdoctoral en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EE. UU.), ha sido galardonada por diseñar algoritmos de inteligencia artificial que pueden adaptarse a los cambios que ocurren con el tiempo, algo muy común en el mundo real, con múltiples aplicaciones potenciales. En concreto, su investigación se ha centrado en mejorar la predicción del consumo de energía, teniendo en cuenta que los hábitos de consumo pueden variar por muchas razones, como el clima o el día de la semana. Además, las técnicas que ha desarrollado no solo predicen un valor, sino que también estiman cuánta incertidumbre hay en la predicción, lo que permite tomar decisiones más seguras. “Este tipo de investigación”, asegura, “es importante porque hace que la inteligencia artificial sea más útil y fiable en situaciones reales, como en la gestión de la energía, la medicina o el transporte. Utilizar herramientas matemáticas sólidas nos permite desarrollar algoritmos que ofrecen resultados en los que podemos confiar”.

Juan Luis Herrera González (Plasencia, Cáceres, 1997) investigador posdoctoral Marie Skłodowska-Curie en la Universidad Técnica de Viena (Austria), ha sido premiado por sus contribuciones para mejorar y expandir lo que hoy conocemos como “la nube”. Tradicionalmente, la nube es un centro de datos, completamente centralizado, y lejos del usuario, incluso en otros países. Estas largas distancias provocan problemas: las comunicaciones de red tardan en realizarse, los datos tienen que cruzar fronteras, y se pierde control. Para abordar estos retos, se están empezando a utilizar las llamadas infraestructuras del continuo, con el objetivo de colocar partes de las aplicaciones en dispositivos más cercanos al usuario. “Mis trabajos”, explica el premiado, “se encargan de realizar esta gestión de aplicaciones en el continuo para que sean más rápidas, económicas, y sostenibles. Creo que la sociedad se beneficiará de la democratización económica del uso de estas infraestructuras, que permitirán obtener aplicaciones más eficientes, con una menor huella de carbono”.

José María Jorquera Valero (Caravaca de la Cruz, Murcia, 1995) investigador posdoctoral en la Universidad de Murcia, ha sido premiado por sus contribuciones en el campo de las redes de telecomunicaciones y la ciberseguridad. En una era en la que las redes de telecomunicaciones están descentralizadas, es esencial establecer mecanismos que aseguren que la transferencia de información se pueda realizar de forma fiable. El trabajo galardonado establece los fundamentos de la seguridad y la confianza para habilitar la gestión de las redes de forma automatizada. La contribución principal consiste en el diseño y despliegue de un modelo de confianza basado en la reputación que, analizando en tiempo real el comportamiento de los recursos y los servicios que se ofrecen en la red, predice posibles desviaciones en los acuerdos que se establecen entre proveedores y consumidores. “Las redes 5G, así como las futuras redes 6G, ofrecen nuevas capacidades de interconectividad de sistemas, dispositivos y redes nunca antes exploradas”, afirma el galardonado, y por ello, “la gestión de la confianza se presenta como una estrategia primordial”. En este sentido, la investigación premiada “ayuda a la sociedad a proteger la gestión de las redes contra ataques de ciberseguridad”.

Marcos Lupión Lorente (Granada, 1997), investigador posdoctoral en la Universidad de Ulster (Reino Unido), por sus contribuciones en la integración de modelos de inteligencia artificial y computación de altas prestaciones con tecnologías de internet de las cosas. En concreto, su investigación se centra en crear tecnologías que mejoren la calidad de vida de personas con problemas de salud. Por ejemplo, ha desarrollado una pulsera inteligente capaz de anticipar crisis epilépticas, que alerta tanto al enfermo como a sus cuidadores unos minutos antes de que sufra un ataque, con el objetivo de mejorar la atención médica de estos pacientes. Además, ha desarrollado un sistema de vigilancia con cámaras térmicas de baja resolución para controlar el bienestar de personas mayores o discapacitadas – por ejemplo, detectando una caída en tiempo real y alertando a sus familiares – sin invadir su privacidad. “Todas estas herramientas”, explica, “permiten que estas personas puedan vivir más tiempo en sus hogares, de forma segura y autónoma. Mi investigación busca tener un impacto real en la sociedad, haciendo la tecnología más humana, accesible y útil para quienes más lo necesitan”.

Raúl Murillo Montero (Madrid, 1996), diseñador de hardware en Siemens, ha sido galardonado por sus contribuciones al desarrollo de nuevas arquitecturas y formatos que permitan a los sistemas digitales funcionar de manera más eficiente. “Cada día”, explica, “surgen nuevos avances en informática que hacen que los ordenadores sean más potentes, aunque también aumentan su consumo de energía”. En particular, Murillo ha trabajado en mejorar la forma en que los ordenadores realizan las operaciones matemáticas, con el objetivo de hacerlas más rápidas, precisas o con un menor consumo energético. “Nuestros ordenadores, teléfonos móviles y demás dispositivos electrónicos ejecutan miles de millones de operaciones matemáticas por segundo”, señala. “Por eso, optimizar la manera en que se realizan estas operaciones puede tener un impacto muy relevante en campos tan variados como la computación científica o la inteligencia artificial”.

Víctor Manuel Vargas (Pozoblanco, Córdoba, 1996) profesor sustituto en la Universidad de Córdoba, recibe el premio por sus contribuciones al campo de la inteligencia artificial, y en concreto al desarrollo de nuevos modelos y metodologías para resolver problemas de clasificación ordinal a partir de imágenes. “En este tipo de tareas”, explica, “cada imagen del conjunto de datos tiene asociada una etiqueta, y el objetivo es construir un modelo capaz de predecir correctamente dicha etiqueta. A diferencia de otros problemas de clasificación, en la clasificación ordinal las etiquetas están ordenadas”. Un ejemplo representativo de la aplicación de esta técnica se encuentra en el ámbito médico, donde distintas pruebas diagnósticas generan imágenes que los especialistas examinan para determinar, por ejemplo, el grado de una enfermedad, desde un estado leve hasta uno más grave. “Mi investigación”, resalta el premiado, “permite diseñar sistemas de apoyo a la decisión para minimizar errores, especialmente en los casos más críticos, lo cual destaca la relevancia social de los avances conseguidos”.

Premios Nacionales de Informática

Inmaculada García Fernández (Loja, Granada, 1954) catedrática de Arquitectura y Tecnología de Computadores en la Universidad de Málaga, ha obtenido el Premio José García Santesmases por “su excelente trayectoria científica en computación de altas prestaciones, algoritmos de optimización y sus aplicaciones en diferentes campos”, en palabras del jurado, así como por sus contribuciones a la promoción y difusión de la informática a través de su liderazgo de diferentes sociedades científicas. Su investigación se sustenta en la utilización simultánea y sincronizada de cientos o miles de procesadores para dar solución a problemas muy complejos de cualquier campo científico, tecnológico o de gestión de datos, en un tiempo razonable o en algunos casos en tiempo real.  En concreto, ha desarrollado herramientas que contribuyen a dar respuestas rápidas a problemas científicos de disciplinas como la medicina – a través de la reconstrucción 3D de imágenes obtenidas por tomografía axial computarizada (TAC) – y el medio ambiente – mediante el procesamiento de imágenes captadas por satélites–, así como en el ámbito de la industria audiovisual, a través de la codificación y compresión de imágenes y vídeos.

El Premio Aritmel se ha concedido a Diego Gutiérrez Pérez (Zaragoza, 1970) catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidad de Zaragoza, por sus contribuciones en el área de la informática gráfica, la realidad virtual y la imagen computacional, reconocidas internacionalmente. Además de “su excelencia en la investigación”, el jurado ha destacado “su compromiso con la transferencia de tecnología y su colaboración con el mundo de la empresa, al que ha contribuido significativamente”. Uniendo la simulación del transporte de luz con técnicas de imagen computacional, su investigación se ha centrado en cómo desarrollar algoritmos que permitan superar los límites físicos de los dispositivos de captura de imágenes. Uno de los mayores desafíos que ha abordado en este campo es la adquisición de imágenes fuera de la línea de visión, por ejemplo de escenas ocultas tras una esquina, o invisibles debido a la presencia de medios como el humo o la niebla. “Las aplicaciones de estos avances”, destaca el premiado, “abarcan campos muy diversos, como imagen médica, conducción autónoma, robótica, planificación de rescates o incluso la inspección remota de cuevas lunares”.

Faraón Llorens Largo (Alcoy, Alicante, 1961), catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad de Alicante, ha obtenido el Premio Ramón Llull por una larga trayectoria académica en la que se ha distinguido por sus contribuciones a la innovación pedagógica, “con una visión transformadora, en la intersección entre la educación y la tecnología, y metodologías didácticas avanzadas que han resultado aceptadas en otras universidades nacionales y latinoamericanas, siendo una figura de referencia de la enseñanza de la informática en España”, en palabras del jurado. Su investigación se ha centrado en el uso de tecnologías inteligentes para mejorar y personalizar el aprendizaje, como el denominado modelo CALM (Customized Adaptive Learning Model), que utiliza inteligencia artificial para adaptar dinámicamente las actividades al progreso de cada estudiante. “Esta línea de trabajo”, explica el premiado, “persigue hacer la educación más inclusiva, motivadora, eficaz y centrada en el aprendiz”. Además, también ha investigado la transformación digital en el ámbito universitario, desarrollando modelos orientados a optimizar la gestión académica y enriquecer la experiencia educativa.

La empresa Inrobics, una spin-off de la Universidad Carlos III de Madrid, ha sido galardonado con el Premio Ángela Ruiz Robles por “su visión pionera en la integración de tecnologías informáticas disruptivas en el ámbito de la salud digital, con el fin de mejorar la autonomía de los pacientes, la eficiencia del personal sanitario y las terapias de rehabilitación, haciéndolas más eficientes, personalizables y accesibles”, según resalta el jurado. Su trabajo se basa en la integración de inteligencia artificial y robótica social para ofrecer acompañamiento activo y adaptado a las necesidades de cada usuario, especialmente aquellos con algún tipo de limitación funcional, cognitiva o social, con tres pilares centrales: el uso de la inteligencia artificial para el control de robots asistenciales; aplicaciones orientadas a facilitar que los clínicos y terapeutas puedan desarrollar terapias de rehabilitación; y un sistema de información en la nube que permite almacenar grandes cantidades de datos obtenidos en el desarrollo de las terapias. Su objetivo, explica José Carlos Pulido Pascual, CEO de Inrobics, es “crear soluciones accesibles, personalizables y verdaderamente útiles para quienes más lo necesitan, contribuyendo a mejorar la calidad de vida y promoviendo un modelo de atención más humano”.

Jurado

El jurado ha estado presidido por Francisco Tirado Fernández, catedrático de Arquitectura y Tecnología de Computadores en la Universidad Complutense de Madrid, presidente de honor de SCIE y Premio Nacional de Informática 2013; e integrado por: Eduard Ayguade Parra, catedrático de Arquitectura y Tecnología de Computadores en la Universitat Politècnica de Catalunya y Associate Director en el departamento de Ciencias de la Computación del Barcelona Supercomputing Center;  Paloma Díaz Pérez, catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad Carlos III de Madrid; José Ramón Dorronsoro, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad Autónoma de Madrid; María de los Ángeles González Navarro, catedrática de Arquitectura y Tecnología de Computadores en la Universidad de Málaga; Santiago MazuelasIkerbasque Research Associate Professor en el Basque Center for Applied Mathematics (BCAM); Francisco José Quiles Flor, catedrático de Arquitectura y Tecnología de Computadores en la Universidad de Castilla-La Mancha y presidente de SCIE; Nieves Rodríguez Brisaboa, catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidade da Coruña y Premio Nacional de Informática 2019;  Ana María Moreno Sánchez-Capuchino, catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidad Politécnica de Madrid; y Elena María Navarro Martínez, catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidad de Castilla-La Mancha, tesorera de SCIE y vicepresidenta de SISTEDES.