S.M. la Reina de España inaugura la exposición “El joven Van Dyck
Su Majestad la Reina Doña Sofía ha inaugurado hoy “El joven Van Dyck”, una de las mayores exposiciones del maestro flamenco en el mundo y la primera que se celebra en España dedicada a su pintura y dibujos. Patrocinada por la Fundación BBVA, la muestra se abrirá al público mañana, martes 20 de noviembre y está centrada exclusivamente en la obra de juventud de Van Dyck a través de más de noventa pinturas y dibujos del periodo comprendido entre 1615, aproximadamente, cuando el artista contaba 15 años de edad, hasta su marcha de Amberes a Italia en 1621.
19 noviembre, 2012
Su Majestad la Reina Doña Sofía, acompañada por la Ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez; el Secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; el Presidente del Real Patronato del Museo José Pedro Pérez-Llorca; el Embajador de Bélgica en España, Jan de Bock; Soledad Becerril, Defensora del Pueblo; el Presidente de la Fundación BBVA, Francisco González; el Director del Museo, Miguel Zugaza y el Director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo Avellaneda ha inaugurado esta tarde la exposición “El joven Van Dyck”.
Antonio Van Dyck forma parte del exiguo número de artistas que a lo largo de la historia han demostrado un sorprendente talento precoz. La exposición arranca con un autorretrato suyo fechado hacia 1615 cuando contaba solamente 15 o 16 años y abarca hasta octubre de 1621, fecha en la que se traslada de Amberes, su ciudad natal, a Italia. Durante estos seis años aproximadamente de su periodo en Amberes, hasta la edad de veintidós, Van Dyck había pintado más de 160 cuadros, incluidos retratos y obras de mediano tamaño, pero también más de una treintena de ambiciosas composiciones de gran formato.
Dar sentido a la evolución del joven y a menudo contradictorio pintor, además de poner de manifiesto la extraordinaria calidad de su obra ya en este periodo, es el propósito de esta exposición que incluirá cincuenta y dos pinturas y cuarenta dibujos, un conjunto que evidenciará su precocidad, manifestada no sólo en su gran productividad, sino en la calidad de sus obras.
Esta es una de las mayores exposiciones que se han dedicado al arte de Van Dyck, la primera que se dedica a su pintura en España, y la primera que se centra en su obra de juventud desde la celebrada en la National Gallery of Canada, en Ottawa, en 1980. El Prado posee la colección más importante que existe de obra temprana de Van Dyck aportando cinco pinturas a la exposición.
El que fuera el mejor discípulo de Rubens, luchaba ya al comienzo de su carrera por definir su estilo, un concepto que era nuevo en su época, el de la conciencia por crear un sello personal. En sus primeras composiciones se muestra un tanto vacilante en el tratamiento de las anatomías, experimenta con ellas como ocurre en las obras del comienzo de la exposición: La entrada de Cristo en Jerusalén (Indianapolis Museum of Art), La Lamentación (Ashmolean Museum de Oxford) o el Sileno ebrio (Gemäldegalerie Alte Meister Staatliche Kunstsammlungen Dresden) mostrarán su faceta de pintor experimental con una fuerte personalidad que busca nuevos recursos para aumentar el impacto de sus cuadros en los espectadores.
En cambio, en cuadros como La coronación de espinas (Museo del Prado), Van Dyck refleja la abrumadora influencia que le dejó el tiempo que trabajó para Rubens (1577-1640), y se traduce en esta obra en que las figuras están muy próximas a su mentor, sin impedir, sin embargo apreciar nítidamente cómo lucha una vez más por definir un estilo propio.
Desde al menos 1617 hasta 1621, Van Dyck colaboró en el taller del flamenco, destacando sobre los demás ayudantes, como evidencia que fue al único al que mencionó por su nombre entre sus discípulos en un contrato que firmó el artista flamenco estipulando que diversas obras debían de ser realizadas por él mismo y por “Van Dyck junto con otros discípulos”.
Es de resaltar que a pesar de haberse acercado tanto al estilo de Rubens llegase a pintar de una forma tan personal como demuestran notables ejemplos de obras maestras de gran originalidad presentes en la muestra, como el San Jerónimo en el desierto (Gemäldegalerie de Dresde) o El Prendimiento (Museo del Prado), probablemente una de sus últimas composiciones antes de partir rumbo a Italia en otoño de 1621 y la de mayor tamaño que pintó Van Dyck durante su juventud.
La muestra acaba con el retrato que le pintó a la primera esposa de Rubens, Isabella Brant, 1621 (National Gallery of Art de Washington), que según los cronistas de la época le regaló a su maestro antes de marchar a Italia.
Catálogo
El catálogo, editado en español y en inglés, que acompaña a la muestra se ha realizado bajo la dirección de Friso Lammertse, del museo Boijmans Van Beunigen de Rotterdam, y Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Prado, y cuenta además con la colaboración especial de Anne-Marie Logan, especialista en dibujo flamenco, y de otros expertos. Los principales asuntos que han ocupado a los autores son la extraordinaria precocidad del talento de Van Dyck, su enorme productividad, las sorprendentes fluctuaciones de su estilo pictórico y su relación con Rubens, su maestro y mentor.