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ENTREVISTA CON EL PREMIO FRONTERAS DEL CONOCIMIENTO EN TIC

Silvio Micali: “Hoy se pueden rastrear los contactos de contagiados por COVID-19 manteniendo la intimidad”

MÓNICA G. SALOMONE

Silvio Micali (Palermo, Italia, 1954) dirige el departamento de Ingeniería Electrónica y Ciencias de la Computación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en EEUU. En 2018 recibió el Premio Fronteras del Conocimiento en Tecnologías de la Información y la Comunicación en su X Edición junto con Shafi Goldwasser, Ronald Rivest y Adi Shamir por su trabajo en criptografía, clave para el despegue de la actual era digital. Además de hacer posible la transmisión segura de información ‘online’, su trabajo ha sentado las bases de desarrollos como la firma digital, la tecnología blockchain y las criptomonedas. Titular de 47 patentes y fundador de varias empresas, Micali plantea con su actual compañía, Algorand, una solución tecnológica para contribuir al seguimiento de personas susceptibles de haberse contagiado de COVID-19. Su mensaje es claro: con la tecnología actual sí se puede ganar en seguridad sin ceder intimidad.

24 junio, 2020

Perfil

Silvio Micali

Pregunta.- ¿Demostrará la tecnología de rastreo de interacciones su utilidad en esta pandemia?

Respuesta.- El rastreo de interacciones es crucial. Identificar las cadenas de transmisión e interrumpirlas, mediante el aislamiento o el tratamiento, son formas muy efectivas de controlar la diseminación de este virus. La tecnología de rastreo de interacciones debería haber empezado, idealmente, hace mucho tiempo. Pero nunca es demasiado tarde. Además, poner a punto esta tecnología nos permitirá responder mejor y más rápido si vuelve a ser necesario.

P.- ¿Qué ventajas ofrece una solución tecnológica frente al rastreo tradicional, realizado por personas expertas?

R.- El rastreo de interacciones realizado por humanos puede ser muy preciso, pero también es muy caro. Las personas tendemos a olvidar los encuentros breves, sobre todo cuando han pasado unos días. Así que los entrevistadores humanos son necesarios, y deben ser contratados y formados. Este proceso de contratación y formación lleva tiempo y es caro, pero teniendo en cuenta los beneficios, sin duda es dinero bien empleado. Ninguna aplicación de rastreo de contactos, por bien diseñada que esté, puede sustituir un sistema médico bien organizado. Pero, dicho esto, la sociedad también debería dotarse de métodos automáticos para el rastreo de interacciones, como el basado en la tecnología de bluetooth. Estos sistemas son mucho más baratos y pueden lanzarse cuando sea necesario, sin apenas preaviso.

P.- ¿Está seguro de que pueden garantizar la privacidad de los ciudadanos, sin abrir la puerta a un control masivo por parte de gobiernos o compañías?

R.- El seguimiento de interacciones es crucial, pero también lo es la privacidad. Y hay que tener en cuenta que puede haber un riesgo para la privacidad tanto si el rastreo se lleva a cabo mediante entrevistas personales con seres humanos, como si se hace mediante la tecnología.

P.- ¿Quiere decir que debemos asumir una cierta pérdida de intimidad en esta situación?

R.- No, rechazamos la idea de que en una situación de urgencia es necesario ceder intimidad a cambio de seguridad. No lo es, gracias a tecnología que ya existe. Deberíamos considerar soluciones de rastreo para la COVID-19 que sean efectivas y a la vez respeten nuestras libertades fundamentales.

P.- ¿Cómo puede lograrse?

R.- Uno de los triunfos tecnológicos de la moderna criptografía es hacer posible la coexistencia entre máxima intimidad y máxima precisión. Hoy se puede hacer un rastreo de contactos relevantes manteniendo la intimidad, con los protocolos criptográficos adecuados. Pero desplegar estos protocolos de manera rápida y ubicua requiere la plena cooperación de las autoridades, de los ciudadanos y de compañías como Google y Apple.

P.- Algunos países ya están adoptando las apps de rastreo que emplean la plataforma proporcionada por Apple y Google. ¿Respetan esas aplicaciones la intimidad?

R.- La propuesta de Apple y Google es muy respetuosa con la intimidad de las personas. Ningún registro de interacción sale jamás del teléfono, y todos los contactos de más de 14 días de antigüedad se borran para siempre. Pero hay otro componente fundamental en toda solución al complejo desafío social al que nos enfrentamos, y que ahora no está: la generación consensuada de una base de datos universalmente accesible y totalmente anonimizada, que pueda ayudar al gobierno en la toma de decisiones sobre la reapertura de la economía. Y lo justo es que los ciudadanos que contribuyen a construir esta base de datos totalmente anonimizada puedan también acceder a ella.

P.- Su propuesta sí incluye esta base de datos. ¿Por qué es importante?

R.- En la propuesta de Algorand, los ciudadanos comunican voluntariamente cada día a la base de datos [desarrollada empleando la tecnología de blockchain descentralizada] su número total de contactos relevantes -cada vez que han estado a menos de un metro de alguien durante al menos 10 minutos-. El teléfono de quienes voluntariamente se suscriben al sistema proporciona esta información de forma automática. Hay que recordar que la base de datos resultante es totalmente anonimizada; los informes no desvelan la identidad de las personas, ni las de los teléfonos implicados. Solo informan del número de contactos relevantes. Es decir, la información recogida es mínima, y sin embargo es muy útil para formular políticas. Por ejemplo las autoridades pueden ver muy claramente cuánto aumentan los contactos si deciden abrir las playas, o con cualquier otra medida. De esta forma estos datos anonimizados pueden ayudar a los gobiernos a decidir cuándo pasar de una fase a la siguiente, en la apertura de la economía.

P.- ¿Quién tendría acceso a esta base de datos anonimizada de contactos relevantes?

R.- En la propuesta de Algorand, todo el mundo. ¡Un gobierno democrático no puede negar a sus ciudadanos el acceso a sus propios datos anonimizados! Además, pedir a ciudadanos libres que respeten la distancia social basándose en alguna información secreta podría no funcionar. Es mucho más probable que las personas acepten hacer sacrificios si ven las razones por las que se les pide hacerlos.