Abordar la idea de España en la historia, lejos de apuntar a ciertos esencialismos con relación a lo que en cada momento sea lo específicamente hispánico o su contrario, ha de responder —tal como señalase el historiador del Derecho Francisco Tomás y Valiente— a la evidencia de que España es ante todo una realidad histórica, un producto y una consecuencia directa de su historia.
Para entender cómo se articuló ese producto y algunos de sus rasgos más significativos, esta conferencia abordará de qué manera durante la evolución medieval se fue gestando una aportación decisiva que tuvo como consecuencia la construcción de una conciencia histórica de la que formó parte especialmente destacada, como piedra angular en la que enraizó tal conciencia, la evocación de una monarquía originaria, identificada con la época visigoda, cuyo aprovechamiento para dar forma a esa conciencia histórica dinámica ofreció una potente continuidad.
Consolidada a partir de la experiencia medieval esa conciencia de comunidad histórica, múltiples acontecimientos en el tránsito del siglo XV al XVI hicieron viable que de esa conciencia de comunidad histórica se hiciera tangible un concepto de una España como entidad política definida, y percibida como tal en el plano internacional, de la que se dieron evidencias en el contexto del reinado de los Reyes Católicos como correlato de acontecimientos no siempre debidamente valorados que venían de algunas décadas atrás.
Así, se acabó produciendo la transformación de una España histórica en una España política. Sin embargo, tal como se dará algún ejemplo, la potencialidad transformadora de lo histórico en político de origen medieval no se extinguiría en la inmediatez del agotamiento de los siglos medievales, sino que, de una manera pertinaz, volvería a hacerse presente en momentos más tardíos y, especialmente, decisivos de la historia de España.
