Francisco José García Vidal, Medalla Física 2025

Francisco José García Vidal

PREMIO DE FÍSICA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FÍSICA - FUNDACIÓN BBVA

Medalla de la Real Sociedad Española de Física

2025

Catedrático de Física de la Materia Condensada, Universidad Autónoma de Madrid

CONTRIBUCIÓN

Discurso de aceptación

Francisco José García Vidal

Por estrecho que parezca un haz de luz, hacerlo pasar a través de un agujero aún más pequeño —de dimensiones menores que la longitud de la onda de luz, que se mide en nanómetros— no es tarea fácil. «Pasan dos cosas: primero, que la luz no cabe por el agujero, y segundo, que la luz que sale del agujero, que es muy poca, sale en todas las direcciones», explica Francisco José García Vidal. Sin embargo, el catedrático de Física de la Materia Condensada en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) descubrió que, rodeando el agujero de ciertas estructuras periódicas, se solventaban estos dos problemas y la luz consigue salir del agujero «como un láser».

Para lograr este hito, resultaron claves ciertas ondas que se propagan por una superficie metálica, conocidas como plasmones superficiales. Pero normalmente, los plasmones solo se dan en la luz visible, y García Vidal —doctor en Física por la UAM (1992) e investigador posdoctoral Marie Curie en el Imperial College de Londres (1994-96)— también descubrió cómo crear ondas análogas a los plasmones a frecuencias más bajas (como los infrarrojos o las microondas), ampliando el alcance de su primer hallazgo a más tipos de luz. Estos plasmones superficiales de baja frecuencia se emplean ahora, además, para crear sensores capaces de medir las constantes vitales de las personas y enviar esa información a otros lugares del cuerpo.

“Para tener éxito en investigación hacen falta tres requisitos: curiosidad para intentar entender el mundo que te rodea, ambición para trabajar en las fronteras del conocimiento y creatividad para explorar caminos que la gente no ha transitado o ha transitado poco”

El galardonado también desarrolló un material artificial formado por nanotubos de carbono distribuidos periódicamente: «Descubrimos que absorbía más luz que el carbono, simplemente porque los átomos estaban estructurados de otra forma. Diez años más tarde —recuerda— un grupo en Nueva York hizo la verificación experimental, y en 2014 una empresa creó una pintura basada en esos nanotubos de carbono. Fue un hito mundial porque era el material más oscuro creado por el ser humano, y más adelante, un artista plástico compró los derechos de esta pintura para utilizarla en arte».

García Vidal no solo ha creado materiales que modifican cómo se propaga la luz, sino que también ha recorrido el camino contrario: ha trabajado con «entidades que son mitad luz y mitad materia, llamadas polaritones», capaces de modificar las propiedades de los materiales con los que interactúan.

De su experiencia personal y en la formación de jóvenes científicos, el que fuera director fundador del Centro de Investigación de Física de la Materia Condensada de la UAM entre 2012 y 2021 extrae una enseñanza: «Para tener éxito en investigación hacen falta tres requisitos: curiosidad para intentar entender el mundo que te rodea, ambición para trabajar en las fronteras del conocimiento y creatividad para explorar caminos que la gente no ha transitado o ha transitado poco».