Francisco Savall Alemany, Míriam Esparza Garcia, María Pilar Santatecla Fayos, Alexandra Rey-Cubero y Alejandra Abellán Llobregat
PREMIO DE FÍSICA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FÍSICA - FUNDACIÓN BBVA
Premio Mejor Contribución de Enseñanza en las publicaciones de la RSEF
2025
Francisco Savall Alemany, profesor de Física y Química en el IES Veles e Vents, Gandia – Grau i Platja; Míriam Esparza Garcia, profesora de Física y Química en el IES Ausiàs March, Gandia; María Pilar Santatecla Fayos, profesora de Física y Química en el IES Veles e Vents, Gandia – Grau i Platja; Alexandra Rey-Cubero, profesora ayudante doctora de Didáctica de las Ciencias Experimentales en la Universitat d’Alacant; y Alejandra Abellán Llobregat, profesora asociada de Didáctica de las Ciencias Experimentales en la Universitat d’Alacant
CONTRIBUCIÓN
En 1985, un artículo publicado en Investigación y Ciencia —revista hoy desaparecida— proponía una calculadora que, estableciendo una analogía mecánica con el principio de Arquímedes y la ley de la palanca, resolvería ecuaciones de segundo y tercer grado. El trabajo mostraba dibujos de cómo sería el dispositivo, «pero no encontramos evidencias de que hubiese sido construido», cuenta Francisco Savall Alemany, profesor de Física y Química en el IES Veles e Vents de Grau de Gandia (Valencia). Así que junto con otras dos profesoras de instituto de la localidad —Míriam Esparza y María Pilar Santatecla— y la colaboración de Alexandra Rey-Cubero y Alejandra Abellán, docentes de Didáctica de las Ciencias Experimentales en la Universitat d’Alacant, «trabajamos en su construcción, diseñando las piezas, corrigiendo errores y convirtiéndola en un instrumento para la enseñanza del principio de Arquímedes y la ley de la palanca», agrega Savall. El perfil de los autores permitió combinar «la experiencia de aula y de trabajo con los alumnos con la metodología propia de la investigación didáctica en este campo».
El resultado fue presentado en 2024 «por cuatro estudiantes de cuarto de la ESO en la Feria Experimenta, y consiguieron el primer premio», recuerda Savall, y derivó en la publicación ahora galardonada, de la que el jurado destaca la «extraordinaria originalidad y claridad» en el enfoque, y «la utilidad de la calculadora para el trabajo experimental y de investigación en el aula en el campo de la física de fluidos». Porque, apunta este docente, «lo que los alumnos hacen es investigar cómo funcionan los principios físicos, las fuerzas y las leyes que permiten entender lo que está pasando a medida que el recipiente se llena de agua».
El proyecto se ha convertido, adelanta, en una «línea de investigación que ya hemos llevado a cabo en el aula durante dos años y que continúa abierta: vamos a seguir mejorándola y daremos cuenta de los resultados en el futuro cuando llegue el momento oportuno».
Además de despertar nuevas vocaciones o facilitar las herramientas para comprender los fundamentos de numerosos desarrollos tecnológicos, «con la enseñanza de la física —reivindica Savall—, pretendemos que los alumnos conozcan los grandes retos colectivos del futuro cercano, como el cambio climático o el acceso a fuentes de energía renovables, en los que han de tomar decisiones sobre cómo van a vivir o sobre qué pueden hacer para que la sociedad mejore su posición ante ellos».