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Mikel Etxaniz Añorga

PREMIO DE FÍSICA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FÍSICA - FUNDACIÓN BBVA

Premio Enseñanza y Divulgación de la Física (Enseñanzas Medias)

2025

Profesor de Física y Química en Secundaria y Bachillerato en la Ikastola de Pasaia

CONTRIBUCIÓN

Discurso de aceptación

Mikel Etxaniz Añorga

Al empezar su actividad docente en 1985, Mikel Etxaniz conoció el sabor de la frustración: «Mis alumnos no me entendían», rememora este profesor de Física y Química en Secundaria y Bachillerato en el Centro Educativo Pasaia-Lezo (Gipuzkoa), pese al esfuerzo que ponía al preparar e impartir las clases. «Al año de estar trabajando tuve la suerte de asistir a un curso de didáctica constructivista y el profesor Carlos Furió, de la Universitat de València, nos hizo ver que en la mente de los alumnos existían preconceptos, esquemas alternativos que interferían con lo que les explicábamos, que eran persistentes y difíciles de sustituir e impedían que aprendieran física. Y nos convenció de que el cambio conceptual era deseable y posible».

“A lo largo de cuatro décadas dedicadas a la innovación docente, he comprobado que un modelo didáctico basado en pequeñas investigaciones de los alumnos dirigidas por el profesor es ideal para el aprendizaje de la física”

Enseguida puso en marcha esa transformación y, con otros compañeros docentes, preparó libros de texto que concretaban el modelo constructivista de enseñanza de la física y la química basado en la idea de que el aprendizaje es un proceso dinámico, participativo e interactivo en el que el docente actúa como un facilitador o guía que promueve la resolución de problemas, la experimentación en laboratorio y la discusión en grupo, conectando la materia con la vida cotidiana de los alumnos. «Los profesores encontraban un modelo realista, utilizable, con un temario que daba tiempo de acabar, y una propuesta de evaluación desarrollada y basada en actividades concretas —relata—. Luego, a finales de los 90, llegó la revolución digital (internet, los vídeos, los programas de simulación por ordenador, los sensores para realizar medidas experimentales…), y creo que acerté en integrar todo ese material tecnológico nuevo en la propuesta constructivista de los libros», lo que forjó «un modelo basado en pequeñas investigaciones dirigidas por el profesor». Desde la perspectiva de casi cuatro décadas dedicado a la innovación docente, Etxaniz asevera que este enfoque pedagógico es «el ideal para el proceso de enseñanza y aprendizaje de la física».

La recompensa para el profesor —asegura— es «ver iluminarse la cara de un alumno o una alumna cuando comprende por qué la Luna no se nos cae encima a pesar de que la Tierra la atraiga; o ver a un grupo trabajar y resolver el problema de por qué solo vemos la décima parte de un iceberg y no las otras nueve que están debajo…». En definitiva, «hacer ver que la física explica el mundo que nos rodea».

Entre los retos presentes en el ámbito educativo, Etxaniz destaca «la creciente inestabilidad emocional de los adolescentes, la dificultad para concentrarse o para tolerar la frustración», que él y muchos otros colegas atribuyen «al smartphone y a padres y madres que no ejercen, que hacen todo lo posible para no frustrar a sus hijos, y no les ponen límites».