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Encuentro sobre el ayer y el hoy de la creación escénica grecorromana

La academia y los dramaturgos reivindican la vigencia del teatro clásico en el ciclo “Logos”

“Me fascina que los dramaturgos contemporáneos sigan mirando hacia atrás, al teatro del mundo clásico, y me pregunto si no es porque no puede mirarse hacia otro sitio, simplemente”, afirma Antonio López Fonseca, catedrático de filología latina de la Universidad Complutense de Madrid. López Fonseca, estudioso de la influencia de los textos de la tradición grecorromana en la escena contemporánea, mantuvo ayer un diálogo sobre el ayer y el hoy del teatro clásico con el dramaturgo Ernesto Caballero, con amplia experiencia como artífice de montajes teatrales sobre obras clásicas.

23 septiembre, 2022

Encuentro

El teatro clásico: ayer y hoy

22 de septiembre a las 19:30 h

A la fascinación de López Fonseca, Caballero responde defendiendo la legitimidad de esa recurrencia al teatro antiguo: “No es que nos asomemos como turistas a un imaginario ajeno; es que es el nuestro. Por eso estamos legitimados a hacer lo mismo que Sófocles, Eurípides y Esquilo, o a actualizarlos, porque se trata de nuestra tradición, nuestra cultura”.

Sobre la posible confrontación entre mundo académico y dramaturgos a la hora de afrontar la actualización de las obras clásicas, Caballero asegura que, por su experiencia, siempre hay alguien irreductible, pero suelen estar más entre los críticos teatrales que entre los académicos: “Hace muy poco he leído una crítica sobre una obra en la que se decía que se hace el verso como se debe hacer, con respeto. Me interesa debatir sobre ese concepto del respeto”.

Sobre este punto López Fonseca comenta: “Ernesto defiende la libertad a la hora de hacer adaptaciones mientras se conserve la esencia, el conflicto que plantea la obra, y que lo anecdótico no acabe soterrando lo importante. Lo comparto. Muchas veces los puristas que defienden estas representaciones arqueológicas, por llamarlas de alguna manera, tal vez lo que demuestran es pereza teatral. Creo que esta conversación servirá para comprobar que la lectura de las obras clásicas que hacen dramaturgos y académicos son distintas, pero complementarias. Nos necesitamos”. Caballero comparte esa mutua necesidad y añade un elemento más allá del texto: “Hablamos de las adaptaciones tanto dramatúrgicas como escénicas, y de los límites, del puente entre el texto y la puesta en escena, que es otra suerte de escritura, y de cómo confrontan esos dos lenguajes”.

La actualidad del teatro clásico

En otra cuestión en la que ambos coinciden es en la actualidad de los temas y los arquetipos del teatro clásico. De hecho, López Fonseca argumenta que los antiguos fueron capaces de imaginar todos los mundos posibles, “de manera que, si queremos hablar de cualquier tema que tenga que ver con la esencia del ser humano, ellos ya lo habrán contado. Por eso, más que hablar de influencia, lo que ha ocurrido es que el teatro clásico ha ido recorriendo las venas de la civilización con una increíble capacidad de adaptación a cualquier tiempo. Son ucrónicos: pertenecen a nunca o a siempre. Abordan cuestiones que siguen sucediendo hoy: los conflictos entre hombres y mujeres; entre jóvenes y viejos; entre vivos y muertos. Cómo no va a ser actual Hécuba, el prototipo de madre que pierde a sus hijos en la guerra, como las que vemos en los informativos de televisión a diario”.

Dentro del teatro clásico los expertos distinguen claramente entre el griego y el romano. El primero, en palabras de López Fonseca, “era escuela de democracia, mientas que el romano buscaba el puro entretenimiento”. Caballero se identifica más con el primero: “Aunque actualmente quizá predomine el modelo romano, quedamos resistentes, y ahí enmarco mi actual proyecto, la compañía Teatro Urgente, que pretende suscitar conversación pública y ser una forma elaborada artísticamente de plantear cuestiones que nos atañen. No se trata de decir a la gente qué pensar, sino de ofrecerles algo sobre lo que pensar”. Su proyecto más próximo es el estreno de Yerma, “una tragedia contemporánea, que conecta perfectamente con la tradición clásica”.