BARCELONA. 04/04/2019. AYUDAS FUNDACIîN BBVA A EQUIPOS DE INVE

PROYECTO APOYADO POR UNA AYUDA A EQUIPOS EN BIG DATA DE LA FUNDACION BBVA

La incertidumbre entre las empresas españolas por la crisis del coronavirus supera a la registrada durante la Gran Recesión de 2008

JUAN PUJOL

El equipo de investigación dirigido por Montserrat Guillén ha desarrollado un índice que mide, a través de técnicas de big data, el grado de incertidumbre que muestran las empresas del mercado continuo español. El 18 de marzo de este año, el indicador registró su pico histórico y los científicos del grupo, que hasta el momento lo utilizaban como una herramienta de trabajo para el proyecto que están desarrollando gracias al programa de Ayudas de la Fundación BBVA (Risk Analytics: una metodología para la prevención ante factores de riesgo), observaron que ese elevado nivel no descendía con el paso del tiempo y decidieron actualizarlo con una frecuencia semanal.

6 julio, 2020

Convocatoria 2018

Ayudas a Equipos de Investigación en Big Data

“Buscamos conocer si las expectativas son creíbles, confiables”, asegura Guillén, catedrática en el Departamento de Econometría de la Universidad de Barcelona. “Este instrumento que hemos fabricado está midiendo la pérdida de confianza que las empresas españolas tienen sobre la fiabilidad de las previsiones económicas. En los mercados siempre hay oscilaciones en la robustez atribuida a los pronósticos, que responden a las expectativas de futuro. Cuantos más cambios se producen, más volatilidad hay en esa incertidumbre. Cuando estos escenarios futuros son muy inciertos, como sucede actualmente (con la crisis sanitaria y económica provocada por la COVID-19), las certezas disminuyen, pero además también se hace más difícil medirlo”.

“Con el índice -continúa la experta- no buscamos conocer si la economía va mejor o peor, si no medir la cantidad de información que hace que desconozcamos si la situación va a ir a mejor o a peor. Sube la incertidumbre, los agentes están perplejos y la opinión acerca de la evolución futura se hace divergente. El mercado siempre presenta una incertidumbre natural: los pronósticos económicos nunca son cien por cien fiables, hay variables macroeconómicas que fluctúan… Y luego hay otra parte que no se puede explicar, eso es lo que tratamos de medir con este instrumento”.

El indicador, que recoge cientos de miles de datos desde 2004, se ha mantenido desde marzo en los niveles más altos que se han registrado jamás, y el dato de la última semana de mayo volvió a desplazar el techo: llegó al 1,7, cifra que no había registrado nunca antes. “Las noticias sobre los frágiles acuerdos en Europa -explica Guillén- inyectan esa incertidumbre, por lo que aunque la bolsa suba, detectamos esa volatilidad extra ”.

Un índice en torno al uno refleja la volatilidad natural del mercado. Por tanto, desde marzo de 2020 “se ha registrado un 60%-70% más de incapacidad de explicar lo que está sucediendo en el mercado”, incide Guillén. Para poder valorarlo en términos comparativos: en 2008 y hasta marzo de 2009, estuvo rondando el 1,52 ó 1,55. Y en diciembre pasado, una vez se había formado el nuevo Gobierno, se situó en el 0,87 de incertidumbre.

Datos del mercado recogidos en tiempo real

Este índice se construye a partir de más de cincuenta indicadores diarios del propio mercado, como volúmenes de negociación, precios mínimos y máximos, de apertura y cierre. Y lo hace de manera unificada y retrospectiva, teniendo en cuenta que el 1 refleja un promedio histórico de las dos últimas décadas y siempre contemplando el propio error de las predicciones económicas.

Al comprobar su utilidad y fiabilidad, el equipo que dirige Guillén ha decidido elaborar un índice de características similares para  cada uno de los  países de la Unión Europea, lo que les ha permitido comprobar, por ejemplo, que en Grecia también se están registrando los valores más altos de toda la serie histórica. Podrán, de este modo, país a país, comprobar cómo evolucionan las dinámicas de contagio en el sentimiento de incertidumbre: cómo la desconfianza en la evolución futura de la economía de un estado se puede extender a otros.

“La literatura (científica) sobre incertidumbre está muy al alza actualmente”, explica Jorge Uribe, miembro del equipo investigador y responsable del diseño inicial y de la estructura del índice. “Existe una buena incertidumbre y una mala incertidumbre, pero siempre hay una determinada cantidad en el mercado y en sus previsiones”. La clave está en extraer, de esa falta de certezas, cuáles son esperadas o esperables por el mercado y cuáles llegan de manera imprevista.

“Hay muchos elementos que condicionan que unas acciones (bursátiles) se muevan en una u otra dirección”, explica Uribe, profesor asociado en la Universidad Oberta de Catalunya. “Hay factores observables y otros no observables, nosotros estamos siendo capaces de extraer unos de otros”, señala para destacar los elementos que hacen que este indicador mejore a otros ya existentes, como el Índice de Incertidumbre Económica de Estados Unidos. “La diferencia es que nuestro índice se basa en datos del mercado, recogidos en tiempo real”. Otros lo que hacen es recoger informaciones publicadas en medios de comunicación o realizar fotografías de la incertidumbre medida en un momento concreto, pero no hacen un seguimiento dinámico, continuo y basado en datos diarios de las empresas.

En cierta manera, incide, el indicador está midiendo el miedo del mercado, “es una medida de nuestra ignorancia sobre lo que está pasando. Pongamos, para simplificarlo, que todos los valores en bolsa dependieran de tres factores medibles: la tasa de interés, el Producto Interior Bruto y la tasa de desempleo. Explicaremos cada uno de los precios de las acciones con cada uno de estos tres factores, a lo largo de las 50 empresas que analizamos. Aparte de esa información, hay una parte del precio que no explican estos tres factores: esa es la parte inesperada. No sabemos qué explica esta parte, puede ser el sentimiento del mercado, los miedos, la falta de certezas… pero podemos medirlo con nuestro índice y a eso es a lo que llamamos incertidumbre”.

Tras doce semanas consecutivas en niveles máximos, el índice comenzó a moderarse a principios de junio y, aunque aún se producen algunos repuntes, parece que la tendencia se normaliza.