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La aparición, en parte cronológicamente superpuesta, del liberalismo y del Romanticismo es un hecho fundamental de la España y la Europa de la primera mitad del siglo XIX, desde luego con prolongación transatlántica. El enfoque de cómo las nuevas ideas se incardinan en nuevas palabras o en nuevas acepciones de vocablos previamente existentes es sin duda una vía interesante para abordar el estudio de aquellas. Así, el cambio semántico que en torno a las Cortes de Cádiz experimenta el adjetivo liberal —una novedad en la que se ha llegado a ver una primacía hispánica— y la aparición —vacilante, no exenta de tanteos que se remontan al XVIII— del adjetivo romántico son los ejes en torno a los que girará la conferencia.
Naturalmente, aquellas novedades dan pie al desarrollo de las correspondientes familias léxicas, en las que los sustantivos liberalismo y romanticismo —posteriores, como es obvio, a los adjetivos de que proceden— ocupan lugar central. Interesa examinar tal floración neológica, naturalmente, no solo en España y en la lengua española, sino, paralelamente, en las diversas lenguas. Más allá de los préstamos léxicos y de los variados ismos (galicismos, anglicismos, etc.), ha podido hablarse, con razón y oportunidad, de un fondo de europeísmos compartidos.